Considerado el segundo municipio con más rezago social en México, cuya marginación y pobreza es equiparada con países africanos, Batopilas será declarado “Pueblo Mágico”.
Enclavado en lo más profundo de las barrancas tarahumaras, la cabecera municipal de uno de los 67 municipios del estado de Chihuahua, sobrevive al paso de los años. Apenas habitada por poco más de 1500 personas, esta pintoresca localidad se resiste a desaparecer.
Fundada hace más de tres siglos y medio y, gracias al mineral de plata localizado en sus entrañas a principios del siglo XVIII, Batopilas vivió su mayor resplandor durante los 200 años posteriores. Ahí mismo se asentó una de la misiones más importantes de la sierra tarahumara, la de Satevó, que albergó a los jesuitas que evangelizaron la región. Hoy en día todavía se conserva esta histórica estructura.
Esta localidad guarda muy bien sus bellezas, y otras cosas no tan licitas. Para llegar a Batopilas hay que descender por 4 horas el sinuoso camino de terracería más peligroso que en mi vida haya recorrido. Sin embargo, la travesía vale pena pena porque al llegar nos deleita el apacible río del mismo nombre, su vegetación contrastante con la de la alta tarahumara y la amabilidad de sus moradores.
Además del valor histórico que representa para el país y el estado, Batopilas es la cuna de uno de los hombres más importantes del pensamiento mexicano del siglo pasado. Don Manuel Gómez Morin vio la primera luz del día el 27 de febrero de 1897. La casa donde nació aun se conserva en buenas condiciones.
Gómez Morin, que fuera rector de la UNAM, Presidente del Banco de México, Subsrio. de Hacienda, miembro distinguido de Banobras, fundador de la Escuela Bancaria y Comercial, Diplomático y Fundador del Partido Acción Nacional, es considerado en México uno de los siete sabios. Sus restos descansan en la rotonda de los hombres ilustres.
Con estos breves antecedentes expuestos, el presidente Calderón aterrizará el viernes 19 de octubre en la aeropista de Batopilas, porque la carretera que se construye aún le faltan varios meses de trabajo para su culminación; donde hará la declaratoria de “Pueblo Mágico”.
Con dicha declaratoria, esperemos, como chihuahuenses y mexicanos, que los recursos económicos que la acompañan, abonen para detener el alto impacto de marginación en el que se encuentra actualmente este municipio. Ayude, además, a disminuir la presencia del narcotráfico, y ofrezca mejores alternativas de desarrollo a sus pobladores.
Algunas personas, porque las he escuchado, sugieren que la declaratoria de Pueblo Mágico para Batopilas, obedece a una decisión unilateral y personalísima de Calderón, dado que la cabecera municipal representa mucho simbolismo para el PAN, y al gobierno saliente.
Estos comentarios me regresaron al sábado 30 de agosto de 2003, cuando invité a Felipe Calderón, entonces director de Banobras, (el lunes 1 de septiembre, Fox lo nombró Secretario de Energía), a mi tercer informe de labores como diputado federal, de la legislatura en la que ambos fuimos compañeros.
Recuerdo que al mediodía nos recibió en palacio de gobierno, Patricio Martínez García, a petición de Felipe. Después de media hora de una charla privada en el despacho del gobernador, Calderón y Martínez salieron y se acercaron a la ventana central este del segundo piso de palacio, ahí, ya había sido invitado a incorporarme, el mandatario estatal le explicaba al distinguido visitante que pensaba construir un balcón con vista a la plaza del Ángel. Este sueño se convirtió en realidad para el grito patrio recién pasado.
Acto seguido, Patricio obsequió a Felipe un libro editado en inglés, con fotografías de diversas regiones del estado de Chihuahua. Galardonado en los Estados Unidos, añadió el gobernador. Al estar hojeándolo, Calderón reconoció la gráfica de Batopilas y le espetó a Patricio: “mira, esta es nuestra meca”, a lo que Martínez reviró de botepronto: “te vamos a poner un muro de los lamentos”, en alusión a la derrota electoral que había sufrido el PAN en las intermedias de julio de 2003.
Con esta anécdota, concluyo que Felipe Calderón Hinojosa viene a zanjar varias deudas pendientes con Batopilas, una es la de concertar los recursos públicos para la construcción de la carretera y declararlo Pueblo Mágico, lo que incrementará el turismo en esta bella localidad. Otra es la de hacerle justicia social a sus pobladores; una más es la de reconocer la importancia histórica de uno de los libre-pensadores mexicanos más importantes del siglo XX. Por último, derribar el muro imaginario que Patricio le recetó aquel día de agosto de 2003.
P.D. Contrarios a la ética y honestidad que distinguió al de Batopilas, Don Manuel Gómez Morin, el ex gobernador panista de Morelos pedía guardaespaldas y camionetas blindadas para su protección y el gobernador saliente de Jalisco, presuntamente pretende obsequiar notarías públicas a su hijo y a funcionarios de su gobierno, próximos a culminar su gestión.
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