Escrita hacia 1994, pareciera haber sido hecha de acuerdo con los días que corren, en los que la guerra del Estado mexicano contra el crimen organizado suma 60 mil muertos.
No obstante el tema, se trata de una comedia de humor negro y numerosas ironías.
Desde su estreno, el pasado 15 de junio, con lleno total, el público ha aplaudido una puesta que demuestra que en el Distrito Federal es posible hallar buen teatro, nada complaciente, como lo que predomina en la cartelera.
El Foro Shakespeare, bajo la égida de Itari Marta, quien actúa en el montaje, se ha propuesto llevar a escena obras como El narco negocia con Dios, dirigida por Ana Francis Mor, quien ahora demuestra su experiencia de directora. Es una labor que no le es ajena y que refleja en su trayectoria, aunque sea más conocida su participación con Las Reinas Chulas, que vía El Vicio apoyan esta obra.
En tanto que el teatro bien hecho es reflejo de la realidad, El narco negocia con Dios obliga a reflexionar sobre la tentación o hecho de que las personas quieran sentirse dioses y decidan privar de la vida a alguien.
“México está herido de narco, pero también de violencia de Estado”, expresó un joven asistente al estreno, quien durante la función se carcajeaba sin inhibiciones.
Actúan, además, Moisés Arizmendi, Haydeé Boetto y Juan Carlos Vives.
El comienzo puede reflejar la vida de cualquier pareja, que con el correr de los años ha caído en el tedio, en la rutina.
Circunstancias antitéticas
Berman logra con sus parlamentos circunstancias antitéticas que incomodan y causan risas a la vez. Las personas no son de una sola pieza, sino suelen ser bivalentes y hasta trivalentes. Hay quienes son, incluso, ambivalentes. Nadie conoce totalmente a nadie.
Itari Marta es parte del elenco
Cuando alguien engaña o traiciona crea un ruido en la relación que perturba. La duda atormenta a Alberto, uno de los personajes. Sin embargo, todo se mueve en un momento en el terreno de la sospecha.
Gaby, hermana de Alberto, es una mujer mocha que sigue otra rutina: la de la Iglesia.
Alberto se entera de que su mujer lo engaña con un narco, más joven, decidido, con el poder que da el dinero. El público se pregunta qué haría en una circunstancia similar, si los criminales son capaces de todo, hasta de proteger y defender a la esposa de otro. La cama es un terreno de poder que todo lo define. Berman enrollará más la madeja y el respetable no tendrá un discurso obvio.
Los celos llevarán a Alberto a matar a Patricia, y a su hermana a alterar la escena de crimen.
Alberto entra en contacto con el criminal y Berman los hace dialogar, hace que el espectador se coloque en el papel de Alberto. ¿Qué le diría usted a quien lo hizo asesino?
A estas alturas la puesta es un corrido de Los Alegres de Terán o de Los Tigres ¿Cuál es el bien y cuál es el mal?
El narco negocia con Dios es una comedia de acción, golpes, balas, helicópteros y mucho absurdo humano.
Durante toda la obra, la acción tiene flashbacks provocados o imaginados por Alberto, que permiten que la acción cambie y se dirija a otro lado. Como espectadores, no se sabe si lo que se ve es real o sólo ocurre en la cabeza del personaje.
Los productores asociados son Ana Francis Mor y Sebastián Sánchez Amunátegui, este último también a cargo de la producción ejecutiva; la escenografía e iluminación son de Xóchitl González.
Itari Marta expuso que ojalá después de ver esta obra el público se informe más y lea obras como La reina del sur, de Pérez Reverte, por ejemplo. Añadió que se han creado esquemas, prototipos de mujeres asociadas al narco, en un medio dominado por hombres.
El Foro Shakespeare está en Zamora 7, colonia Condesa, a una cuadra del Metro Chapultepec. Funciones: viernes a las 20:45 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18.
La Jornada