Bajo la dirección de su titular Sylvie Reynaud, la agrupación atrapó las miradas de chicos y grandes que se dieron cita para disfrutar de este clásico de la danza que una vez más regresó al Máximo recinto cultural del país.
Con efectos especiales, acompañados de espectaculares vestuarios diseñados para esta producción, la obra del escritor francés Charles Perrault cautivó a los presentes, acompañada por la música de Sergei Prokófiev, interpretada en vivo por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección del griego Niksa Bareza.
El selecto grupo de bailarines ejecutó de manera brillante, este cuento mágico que tiene como protagonistas al príncipe, la cenicienta, su madrastra y sus dos hermanastras, personificados por los bailarines Agustina Galizzi, Elisa Ramos, Erick Rodríguez y Jasmany Hernández.
Además de sus sorprendentes escenografías muy de acuerdo con el cuento, se trata de un espectáculo en el que el cuerpo de bailarines presume además de velocidad, agilidad y fuerza, buen estado físico.
Giros, saltos, cargadas, elevaciones y mucho colorido fueron parte de esta coreografía que por espacio de dos horas descargó todo su potencial en el escenario.
En esta obra, que destaca por incluir escenas de comedia y melodrama, sus ejecutantes requirieron de mucha concentración para realizar cada uno de sus múltiples pasos.
La obra que ofrecerá funciones nuevamente los próximos 26 y 28 de junio, se trata de una versión original del coreógrafo Ben Stevenson que por su contribución al mundo de la danza fue nombrado Sir de la Orden del Imperio Británico, por parte de la Reina Elizabeth II.
“La Cenicienta” cuenta la historia de una joven bella y humilde que, como recompensa por su abnegación y bondad, logró casarse con un miembro de la realeza que la rescató de un ambiente hostil.
A diferencia del teatro, el ballet clásico de “La Cenicienta” ha destacado por ser un mágico encuentro poético y musical.
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