La primera es boscosa de climas fríos; la segunda está en barrancas donde el climaa es cálido. La mayor parte de los tarahumaras viven en Chihuahua: según el censo de población de 1980, se registraron 718 hablantes de tarahumara en Durango y 56,400 en Chihuahua. En la Alta Tarahumara, que es una zona boscosa, las casas son rectangulares, hechas con madera de pino y algunas veces con piedra, en ambos casos, techadas de madera. Durante algunas temporadas dejan sus casas y se mudan con sus animales a alguna de las numerosas cuevas existentes en la zona, las cuales los protegen mejor de los climas extremadamente fríos del invierno.
En la Baja Tarahumara las viviendas se construyen de piedra con barro y se techan con vigas de madera cubiertas con zacate y lodo. Las casas suelen tener un anexo que sirve de granero, donde se almacenan pieles, rifles y semillas.
Normalmente las casas están cercadas con troncos, aunque en las áreas donde escasea este material, cercan con piedras.
Al interior de la casa tienen pocos utensilios. Hay ollas de barro, metates y piedras de moler, bules, bateas de madera y tablas para dormir.
La construcción de la casa es considerada una labor eminentemente masculina.
Los asentamientos tarahumaras suelen ser dispersos, y las rancherías quedan bastante apartadas las unas de las otras.
Los pueblos están formados por un grupo de rancherías, en cuya cabecera hay siempre una iglesia y donde se concentran las casas de las autoridades indígenas.