De acuerdo con el estudio, realizado por 370 expertos en temas de género y políticas públicas, México ocupa el lugar 15 en un ranking que evalúa las condiciones de vida de las mujeres en las 19 economías más grandes del mundo, sin contar a la Unión Europea.
Dicho análisis toma en cuenta diversos aspectos en siete categorías: acceso a recursos económicos, oportunidades de empleo, participación política, calidad de los servicios de salud, protección frente a la violencia, así como ante la trata de personas y combate a la esclavitud, además de incluir una evaluación general de los especialistas.
El resultado del estudio es que México es una de las naciones donde las mujeres tienen menores oportunidades de desarrollo y están más expuestas a la violencia, sólo detrás de India, Arabia Saudita e Indonesia. Los tres primeros lugares de la medición correspondieron a Canadá, Alemania y Gran Bretaña.
Entre los factores que ubicaron al país en ese sitio se encuentran sus condiciones de violencia física y sexual contra migrantes; la cultura del machismo; falta de investigación de los feminicidios de Ciudad Juárez, y los enormes niveles de pobreza y marginación en zonas rurales o indígenas.
“El informe es una noticia desalentadora. En el tema de los derechos de las mujeres en México, podemos hacer un catálogo de buenos deseos desde lo que establece el marco legal, pero eso no se lleva a la práctica”, lamentó Iliana Rodríguez Santibáñez, investigadora del departamento de asuntos jurídicos y sociales del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
No obstante el potencial económico del país, señaló la académica en entrevista con La Jornada, aún hay graves rezagos en desarrollo humano; es decir: los factores relacionados con el acceso de las mujeres al empleo, la justicia, la salud y la educación; la esperanza de vida, y la protección frente a la violencia, entre otros elementos.
“Seguimos viendo discriminación en el seno familiar y en los centros de trabajo; hay diferencias en el sueldo de hombres y mujeres, y siguen existiendo prejuicios de la sociedad machista. Una forma de abatir todo esto es la educación, pero mientras no haya una política oficial al respecto, que no sea una prebenda de partidos políticos, seguiremos dando golpes de ciego y nos iremos más abajo del lugar 15 del ranking”, alertó la especialista.
Rodríguez lamentó que las políticas públicas dirigidas a las mujeres estén pensadas en términos de un sexenio, y que prevalezca falta de voluntad política para dedicar los recursos a los programas de género.
La Jornada