HRW analizó 130 normas legales antiterroristas aprobadas por 144 países del mundo después de los atentados de 2001 en EE.UU., y reveló que la mayoría de estas leyes “dejan una puerta abierta a los abusos”. Así, según el organismo de derechos humanos, muchos Gobiernos utilizan estas leyes para “perseguir a periodistas, manifestantes, opositores políticos y grupos religiosos o étnicos, bajo la excusa del antiterrorismo”.
Las normas legales en cuestión autorizan a perseguir y a arrestar a los sospechosos de terrorismo sin ninguna orden judicial y protegen a los policías de la persecución judicial en caso de que cometan algún abuso en el cumplimiento de estas polémicas leyes.
El informe de HRW incluye una serie de ejemplos de los abusos cometidos por las autoridades de diferentes países. El más elocuente es el de la cárcel estadounidense de Guantánamo, donde actualmente se encuentran 169 reclusos sospechosos de terrorismo. De acuerdo con la Ley de Autorización de la Defensa Nacional de EE.UU., pueden estar detenidos durante un plazo indefinido sin que les presenten cargos.
Otro de los ejemplos citados por HRW se refiere a Turquía, donde en 2012 dos estudiantes fueron acusados de ser miembros de un grupo armado y condenados a más de ocho años de prisión por el hecho de llevar una pancarta que defendía la educación gratuitita durante una manifestación pacífica. Un año antes la justicia bahreiní acusó a 21 personas de terrorismo por haber participado en manifestaciones antigubernamentales y por denunciar las violaciones de los derechos humanos en el país. Ocho de los acusados fueron sentenciados a cadena perpetua, mientras que los demás fueron condenados a 15 años de prisión.
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