Sigamos solo una senda de los infinitos caminos del amor: las palabras, el lenguaje; sin las cuales el amor quedaría vacío de contenidos y seres que llenar e iluminar. Sus mensajeras son.
Así siguiendo la senda del amor, (a través de la meditación y las palabras conscientes derivada de ella) se puede derrotar el poder basado en el ego.
Y armándonos con nuestra meditación trascendente y las palabras por ella producidas, podemos adentrarnos en eso que podemos llamar el camino del corazón. Y con ello el viejo paradigma del poder inconsciente y nefasto será rebasado y sujetado.
Busquemos ese camino, puesto que es el del amor fraterno, el del amor social, el cual desvanece los deseos irracionales de poder y de la inconsciente violencia humana.
Y lo más importante, con él se diluye el miedo que nos aprisiona, y puede ser derrotado. Abriendo espacios para la esperanza suprema, que nos redima en ese porvenir que anhelamos.
Sepámoslo. El amor es el camino autentico para conectarnos con el mundo y sus creaciones.
El amor es un poder que transforma. Es la forja mágica de todo lo viviente.
Y mediante el amor, la conciencia mas grosera apoyada en el ego, queda atrás de manera gradual y definitiva.
El amor rompe la última frontera que nos separa.
El amor no da conocimiento, sino sabiduría.
Él lo sabe todo sin palabras ni pensamientos.
El amor es la gran puerta a la dimensión verdadera del espíritu.
El amor derrota la dualidad, destruye la ilusión de esa falsa realidad.
Nos da certeza de lo que en realidad somos, nos acerca a esa dimensión verdadera, que solo en momentos cumbres logramos vislumbrarla.
Y es así, que solo a través del amor es como podemos alcanzar a vislumbra el origen de donde provenimos, y hacia donde retornaremos a pesar de no saberlo e incluso no quererlo.