Dispositivo para acabar con la hipertensión arterial

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El tratamiento consiste en una intervención de desactivación de los nervios renales (denervación renal) a través de un método que utiliza un cáteter, mediante el cual se aplican ondas de radiofrecuencia sobre fibras del sistema nervioso simpático del riñón. De esta manera, se desactivan los nervios localizados alrededor de las arterias renales, consiguiendo así una mejora realmente efectiva sobre la presión arterial elevada del paciente.

Entre 30 y 40 por ciento de la población adulta a escala mundial padece hipertensión arterial (HTA), de esa cifra, entre cinco y 10 por ciento presentan un cuadro realmente refractario a los tratamientos utilizados hasta ahora. Tomando en consideración que la hiperactividad de los nervios simpáticos renales está asociada con HTA y su progresión, así como con nefropatía crónica e insuficiencia cardiaca, este dispositivo representa una interesante alternativa terapéutica para los numerosos pacientes con HTA resistente, es decir, que no responden a tratamientos farmacológicos convencionales y son una importante población en riesgo de padecer una serie de enfermedades cardiovasculares, como el ictus y los infartos, además de insuficiencia renal.

Este procedimiento, además de tener un mínimo de complicaciones asociadas a su aplicación, permite que una mayoría de estos pacientes refractarios disminuyan sus niveles de tensión en un plazo breve y con un efecto duradero.

El doctor Admirall, nefrólogo del Hospital Parc Taulí, agrega: “Esta técnica puede disminuir de un modo significativo y duradero la presión arterial en este grupo seleccionado de enfermos hipertensos resistentes a fármacos, lo que nos hace suponer que disminuirá la probabilidad de que sufran a medio y largo plazos una complicación cardiovascular”.

El procedimiento se realiza bajo sedación consciente por lo que no resulta doloroso para el paciente.

La denervación renal con este sistema es una intervención mínimamente invasiva por la que se introduce un cáteter de radiofrecuencia montado en un balón en el sistema vascular arterial, y se coloca en las arterias renales, que son los principales vasos sanguíneos que conducen a los riñones. Inmediatamente después, el médico aplica, durante menos de 30 segundos, una energía de radiofrecuencia (RF) de baja intensidad para bloquear los nervios que rodean a las arterias renales. De esta forma, se consigue bloquear la hiperactividad del sistema simpático que es el responsable de la hipertensión arterial incontrolada, observando ya resultados durante el primer mes y reduciéndose aún más los niveles tensionales al cabo de tres meses y manteniéndose en evaluaciones posteriores.

La denervación simpática renal mediante catéter puede convertirse en un tratamiento realmente útil para este importante problema de salud pública mundial.

*Médico familiar de la UAM, Unidad Xochimilco La Jornada

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