Nuestra vida comenzó en una cuna acuosa de líquido amniótico y por nuestra garganta pasa cada año una cantidad igual a cinco veces nuestro peso en agua. Es un nutriente indispensable, al punto de que se puede sobrevivir un mes sin comer, pero apenas se toleran unos pocos días sin beber de esta fuente de vida. ¿Cuál es la razón?
Escurridiza como es, el agua participa en casi todos los procesos que tienen lugar en el organismo. Actúa como solvente, lubricante, refrescante y agente de transporte. Es necesaria tanto para evitar la fricción entre los distintos órganos, deshacerse de las toxinas, llevar los nutrientes a destino o regular la temperatura del cuerpo a través de la transpiración. Por cierto, es el medio propicio donde se realizan las reacciones químicas celulares.
La dosis necesaria para un adulto es de por lo menos dos litros de agua diarios, que puede estar disuelta en líquidos o sólidos. Otro tanto elimina el organismo a través de la orina, la respiración, la transpiración y la evacuación intestinal.
Tratándose del agua, nunca es malo beber de más, ya que cada vez que se lo hace se está haciendo un brindis por la salud. Pero no toda la humanidad puede elevar su copa porque en algunos casos la tiene vacía o su contenido está contaminado.
“En la actualidad, más de 1000 millones de personas, una quinta parte de la población mundial, carecen de acceso al suministro adecuado de agua potable para consumo doméstico”, indica un informe de las Organización Mundial de la Salud, que ubica la cantidad mínima para saciar las necesidades básicas en 50 litros por persona por día, repartidas entre el baño, la preparación de alimentos, el saneamiento y el agua para beber.
Las ventajas de contar con este recurso son numerosas, porque acceder a agua segura aleja enfermedades. Ya Hipócrates estableció que “el primer deber de un médico es conocer la naturaleza de las aguas. Las poblaciones que la obtienen de fuentes puras no son azotadas por las epidemias”.
Lamentablemente, las estadísticas siguen siendo preocupantes hasta el día de hoy. De una veintena de infecciones relacionadas con el agua se generan alrededor de 5.500.000 muertes al año en el planeta.
“El millón anual de muertes debidos a la malaria, los 200 millones de personas afectadas en todo el mundo por la esquistosomiasis y las decenas de miles de casos de dengue demuestran –indica un informe de la OMS- el costo de las enfermedades transmitidas por vectores relacionados con el agua, tanto en términos de sufrimiento humano como en términos de recursos sanitarios”.
Con gráficas cifras para evaluar la dimensión del problema Eugene Mc Junkim, de la OMS, compara la cantidad de niños menores de cinco años que mueren por causa de la diarrea en el Tercer Mundo con la caída de seis aviones con 275 personas por hora.
“Imaginemos –sugiere- la publicidad que se haría si un DC-10 se estrellara cada 10 minutos, 24 horas diarias, los 365 días del año. Sin embargo, un número equivalente de niños muere cada año a causa de diarrea, que en la mayoría de los casos podría evitarse…y el conocimiento público de ello es insignificante”. Y a renglón seguido agrega: “Se podrían reducir significativamente enfermedades como el cólera, la tifoidea, la diarrea y muchas otras mediante un abastecimiento de agua y saneamiento adecuado”.
La humanidad tiene un desafío por delante y no es pasado por alto en las recomendaciones de la OMS. “Todos los miembros de la comunidad deberían estar implicados en las decisiones que se refieran a la gestión, y distribución de agua dulce, y a la recogida y eliminación de aguas residuales. El principal problema de salud sigue siendo el control de las bacterias, virus y parásitos transmitidos por el agua, especialmente en países en desarrollo, pero también hay que prevenir o reducir al mínimo la contaminación del agua por metales pesados y sustancias químicas orgánicas”. Un reto como pocos, por cierto.
Brindis por la vida
Sin agua seguramente el organismo no se marchitaría como una planta seca, porque los huesos y la grasa mantienen la estructura y la forma del cuerpo, pero los sistemas vitales empezarían a fallar en cuestión de horas.
Este multifuncional nutriente actúa como:
– Solvente: ayuda a remover las toxinas y materiales desechables.
– Refrigerante: es necesaria para regular la temperatura corporal.
– Lubricante: evita la fricción entre los distintos órganos del cuerpo.
– Agente de transporte: traslada los nutrientes por todo el organismo.
Historia pasada por agua
– 3/4 partes de la superficie del planeta está recubierta por agua.
– 3 por ciento del agua en la tierra es apta para el consumo humano, y se halla en canales.
La mejor dosis
– Todo ser humano adulto necesita por lo menos 2 litros diarios de agua, lo que equivale a 6 a 8 vasos.
El sudor de la frente
Al transpirar, las 2.500.000 glándulas sudoríporas del cuerpo eliminan de 500 a 700 centímetros cúbicos de agua con distintas sustancias. Para reponer esta cantidad, además de beber líquidos, conviene ingerir alimentos que contengan sales minerales.
Ecuaciones
-No todas las bebidas suman agua de igual modo: 3 tazas de café equivalen a 2 tazas de agua pura.
-1 taza de soda equivale a 1 taza de agua.
-Algunas bebidas restan agua al organismo porque éste necesita una cantidad adicional para metabolizar el alcohol.
Por ejemplo, por cada vaso de cerveza, se debería tomar otro vaso igual de lleno de agua, y si puede un poco más, mejor. De esta manera se compensaría la resta
Fuentes: Bibliomed / http://www.buenasalud.com