El antropólogo Gustavo Palacio explicó que este grupo de indígenas, que habitan desde hace cientos de años en la zona montañosa de Chihuahua, han logrado mantener sus tradiciones legendarias pese a la influencia de varias religiones americanas y mormonas.
Expuso que la tradición del Día de Muertos entre los tarahumaras tiene varios significados; sin embargo, todas ellas van centradas a celebración de la resurrección de sus muertos, a través de la representación de danzas en donde los hombres se visten de diversas maneras.
Dijo que para este grupo la muerte significa el comienzo de otra vida, en la que van a reunirse con sus antepasados, pero también creen que un muerto puede regresar a hacer maleficios a sus amigos o familiares.
Expuso que, además, durante las danzas, las familias y amigos de los muertos, cuando los entierran, les ponen alimentos, los cuales necesitan en el largo viaje que emprenderán hacia el cielo.
Agregó que se lleva a cabo una práctica de purificación y se celebran tres fiestas de funerales si el difunto fue hombre y cuatro si fue mujer. En ellas se bailan el duturubi, los matachines y la pascola.
El antropólogo aclaró que, además de las habituales tesguinadas, bebidas que ellos mismos preparan a través del fermentado de maíz, los tarahumaras llevan a cabo ceremonias en ciertas fechas del santoral católico, en las que se danza.
Destacó que este tipo de rituales están más arraigados en la Sierra Tarahumara, como lo es en el caso de la comunidad de Norogachi, espacio que atrae a muchos turistas. En donde no falta un sólo año que se celebre la pascua, Semana Santa y particularmente, el Día de Muertos.
Los tarahumaras ocupan una cuarta parte del territorio en el suroeste del estado de Chihuahua, en una de las partes más altas de la Sierra Madre Occidental, conocida también como Sierra Tarahumara, la cual alcanza entre los mil 500 y dos mil 400 metros sobre el nivel del mar.
Dentro de los cuatro grupos de indígenas que están asentados en la sierra, los tarahumaras suman alrededor de 50 mil. El 90 por ciento de la población rarámuri se concentra principalmente en los municipios de Bocoyna, Urique, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Batopilas, Carichí, Balleza y Nonoava.
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