Radio UNAM “es un referente para México y el resto de Latinoamérica –sostiene–. No sólo por ser pionera de las emisiones culturales en el continente y la primera en el país, sino por el liderazgo que mantiene hasta la fecha.”
A decir del funcionario, la radio universitaria llega a este punto de su existencia con “buena salud”, inmersa en un proceso de renovación de largo aliento mediante el que se busca retomar “sus orígenes”, en lo que concierne a la programación musical y a la generación de contenidos
Aunque, como ocurre con toda vida longeva, “también le duelen algunas cosas”, según reconoce, acaso la más evidente es haberse convertido en una “radio vieja” y por ello “poco atractiva para los jóvenes”, aspectos que se busca subsanar.
De acuerdo con Fernando Chamizo, quien desde principios de 2008 ocupa su actual cargo, el principal baluarte de la estación es la credibilidad que ha logrado edificar entre su auditorio a lo largo de estas décadas de presencia ininterrumpida.
La única ocasión que la voz de Radio UNAM ha sido silenciada, por cierto, ocurrió con la entrada del Ejército a Ciudad Universitaria, en 1968, a raíz del movimiento estudiantil.
“Y fue callada por el autoritarismo del Estado mexicano de ese momento, porque se sabía que era un medio de comunicación comprometido con las causas que originaron ese movimiento”, comenta al respecto Chamizo.
Un vasto y variado programa ha sido preparado para celebrar este 75 aniversario de la radiodifusora de la máxima casa de estudios, localizada en el 860 de amplitud modulada (AM) y el 96.1 de frecuencia modulada (FM).
Entre otras actividades, destacan los dos conciertos que la Orquesta Filarmónica de la UNAM dedicará a la emisora el sábado y el domingo próximos, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, a las 20 y las 12 horas, de forma respectiva.
También, este domingo y en el mismo recinto, pero a las 17 horas, el recital que ofrecerá Wim Mertens, de quien a partir de anoche y hasta el viernes a las 20 horas, se transmite por el cuadrante de esa radio en FM una larga conversación que el músico belga mantuvo con el periodista Pablo Espinosa.
Tarea impostergable
Fernando Chamizo destaca en entrevista con La Jornada la responsabilidad y el compromiso que Radio UNAM ha tenido ante sus audiencias, al estar, desde su origen, vinculada a las preocupaciones sociales y culturales de su entorno.
Otros de sus valores fundamentales, subraya, son la experimentación y la crítica: “No podemos imaginar a Radio UNAM sin todos esos principios. Sobre todo en una sociedad tan mediatizada, el crecimiento de las radios universitarias es, en mucho, un aliciente para el futuro democrático de nuestro país.
“En la medida que ésta y las demás estaciones universitarias de nuestro país se fortalezcan, iremos teniendo mayores y mejores audiencias, mucho más participativas, porque el contenido generado por las universidades, llevado por un discurso radiofónico, será constructor de una cada vez mayor comunidad de oyentes, no tengo duda. Entonces, podremos pensar en audiencias más críticas, más libres, más inquietas.”
Someter a la emisora universitaria a un proceso de renovación era una tarea impostergable, según Fernando Chamizo, pues, a su parecer, “eran ya muchos los años que llevaba caminando sobre la misma avenida”, con lo que eso implica.
“Hoy creemos que Radio UNAM necesita construir nuevos discursos, reafirmar su carácter de radio universitaria, y como tal entendemos una emisora que ante todo tiene apego a la verdad, a la belleza, a la experimentación, una responsabilidad con la sociedad y una necesidad de movimiento y de cambio”, indica.
“Una radio universitaria que se detiene y apuesta por un único discurso contraviene su esencia. Tenemos que ser una radiodifusora contemporánea. Y esta modernidad debe estar sustentada en la tradición. No vamos a traicionar nuestros orígenes, pero no podemos detenernos en el tiempo.”
El planteamiento de su actual equipo de trabajo “está enfocado en volver a los orígenes”. Ello, a partir de la percepción actual de que la emisora ya tenía muy pocos contenidos y programas y se había convertido en una estación de música de concierto, y dentro de ésta, de compositores muertos.
“Y el origen de Radio UNAM no era la música clásica, sino ofrecer una propuesta musical que no tuviera el elemento de la frivolidad comercial. Palabras más palabras menos es lo que sustentaba el fundador de la estación, Alejandro Gómez Arias, hace 75 años”, dice Fernando Chamizo.
“Quisimos volver a los orígenes y provocar en el oyente un ensanchamiento de su mirada. Entonces, como no nada más vivimos de música clásica, sino que hay ofertas de otro tipo de música de gran calidad, nos abrimos a otros géneros, cuidando siempre la calidad.”
Pensamiento y libertad de crítica
Junto a ese aire nuevo y variado de la programación musical, la actual administración de la emisora se ha preocupado por dar cabida a otras expresiones artísticas y culturales, así como al pensamiento y la libertad de la crítica, mediante la inclusión de nuevos programas, resalta su director.
“Es decir, Radio UNAM está comprometida con la realidad, que no es sólo musical. También somos una radio que busca darle referentes al oyente para ampliar su panorama o desafiarla en el pensamiento con aspectos de la realidad. Eso es fundamental”, agrega.
“No lo hemos logrado todavía del todo. Ésta es una institución de 75 años que goza de buena salud, pero ciertamente le duelen también algunas cosas. Es necesario entonces atenderlas.”
Entre los aspectos por corregir, el funcionario menciona la necesidad de hacerse de nueva audiencia, tanto de entre los universitarios como de otros sectores de la sociedad, con prioridad en los jóvenes.
“No podemos estar satisfechos con los oyentes que hoy tenemos, debemos ir por más, sin traicionar nuestros principios”, destaca el director de la estación. “Es decir, no vamos a frivolizar nuestro contenido, ni a sustentarnos en fórmulas fáciles para ganar audiencias fáciles.
“El oyente de Radio UNAM, en su naturaleza, es un ser inquieto, crítico, complejo. Entonces nuestra emisora está obligada a ello, a mantener estos principios de complejidad, pero con formatos divertidos, ágiles, formatos mucho más audaces y experimentales.”
La Jornada