Dentro de una emotiva ceremonia se entregaron las constancias de participación a los becarios del Programa de Programa Estatal para la Cultura y las Artes “David Alfaro Siqueiros”, quienes concluyeron con su año de trabajo creativo desarrollado con apoyo de este sistema dentro del cual se reconoce la figura de Creador Emérito, con la que se reconoce la trayectoria de los artistas e intelectuales del Estado de Chihuahua que han contribuido al crecimiento del acervo cultural y artístico regional, de manera notable y han creado escuela, corrientes artísticas y culturales, constituyéndose en ejemplo para la sociedad.
Este es el caso del poeta Rogelio Treviño, quien no sólo tiene más de cuarenta años trabajando el oficio de escribir el sublime arte de la poesía, sino que también ha coordinado diversos talleres literarios donde ha compartido su experiencia y conocimientos a nuevos escritores.
Rogelio Treviño manifestó en entrevista sentirse muy complacido “es un honor para mi que mi tierra de Chihuahua reconozca a los hombres que trabajan por ella. Mi obra siempre ha sido para mi estado. Tengo un compromiso muy grande. Lo que busco que todos los artistas chihuahuenses transformemos el rostro cultural del estado. Esto es lo que nos corresponde, no tener diferencias sino acercamientos. Que estemos conscientes que estamos conformando un rostro, que es el nuestro, que nos va a poner en alto en todo México y el extranjero”.
De poder ponerle nombre a su obra poética, sobre lo cual el maestro Edmundo Valadéz le dijo que no lo hiciera, sería “Metarealismo”, porque el etiquetar con nombre los movimientos literarios los encasilla “y los mata, porque los tiempos cruzan, pasan y se renuevan. El metarrealismo sigue imperando, uno de los gtrandes maestros que nos lo dio a conocer es Octavio Paz”.
De su poesía la obra que mas satisfacciones le dio fue Septentrión, que es uno de los poemas que no pensé que fuera a tener tanta resonancia”. Tras su última publicación “Lámpara en el Granero” que es una antología de su obra poética de 40 años se sintió satisfecho porque “reúne obras algunas de ellas las daba por perdidas. Alguien se encargó de buscarla, de rastrearla, a mi me sorprendió sobremanera el amor que le tienen a mi trabajo y agradezco de corazón por ello”.
Rogelio Treviño Montijo nació en la ciudad de Chihuahua el 30 de abril de 1953, es hijo del señor Simón Treviño y su madre Fracisca Montijo de Treviño. Por su obra literaria recibió el Premio Chihuahua en poesía 1992 con su libro “Septentrión. Las siete estrellas de la osa menor” y el Premio Chihuahua 1998 en el género de Novela con su obra “La mujer que no fui”.
Su obra poética de 20 años reunida en la obra “Lámpara en el Granero”, que incluye trece libros individuales, resaltan la unicidad de su voz, la intensidad sostenida en el tono, la multiplicidad de recursos mediante los que su poética se expresa y la profunda agudeza con la que materializa su visión del mundo.
Entre su obra poética cuenta con las siguientes publicaciones: “Lámpara de piedra”, “Canciones para Lacksmi”, “Luz de ámbar”, “Samalayuca”, “La ventana en el árbol”, “Ceugant: el caballero que se venció a sí mismo”, La dama botella”, “Septentrión”, “Cíbola” y “Rapsodia para una dama de ladrillos”.
Entre sus obras de cuento y novela destacan “Hombre de un solo lado”, “El amor sólo cambia de rostro“ (antología de cuentos), “Pie sombra” y la novela “La mujer que no fuí”.