“Estoy tratando de mostrar la belleza escondida a los ojos y quiero dedicarme a la defensa del océano Mundial y la ecología del mar. Un ser humano tiende a convertir todo en su beneficio, mientras yo quiero que el espectador piense sobre lo que podemos perder”, destaca Denís.
Su arte es la encarnación de un sueño de infancia cuando siendo pequeño vio en un capítulo de La odisea submarina del comandante Cousteau a un hombre con balones que pintaba en la profundidad del mar. Lotariov hace varios años empezó a practicar y experimentar la pintura submarina y elaboró sus propios métodos de pintar, pero con el óleo no lograba hacerlo. En 2009 tuvo la suerte de ver al hombre del documental, André Laban, el primer pintor submarino del mundo y famoso miembro del equipo del legendario explorador Jacques-Yves Cousteau. Laban le enseñó sus secretos de pintura al óleo debajo del agua.
“Cualquier arte gráfica, creo, necesita de una preparación escrupulosa y reflexión profunda que la acompañe. Por eso a veces hago lo siguiente: elijo el lugar, hago un esbozo, veo el color y luego salgo a la superficie del agua. Allí pongo al fondo de la pintura una mezcla de tinta china que no es sensible a la humedad. Luego regreso debajo del agua y pinto sobre el fondo”.
Lotariov destaca que en las condiciones submarinas todo es diferente desde el punto de vista de la técnica y esto genera diferentes posibilidades. Por ejemplo, en la pintura existen las leyes de relaciones entre colores. Es decir, se sabe que dos colores que contrastan (uno “caliente” y uno “frío”) puestos uno al lado del otro se intensifican mutuamente de manera notable. Pasa al revés con los colores cercanos. Denís destaca que tales leyes dejan funcionar ya a una profundidad de siete metros bajo el agua. Tampoco existe la línea de horizonte, las leyes de la perspectiva están aumentadas, la precepción del espacio y las condiciones ópticas son diferentes. Así, para reflejar toda la belleza que ve un submarinista, hay que buscar nuevos métodosde pintura. El resultado de tal investigación se puede contemplar en el Museo Darwin de Moscú hasta el 27 de marzo.
Además, en el museo se podrá escuchar una conferencia sobre la vida en el agua, participar en una clase maestra de creación de composiciones en un acuario, jugar a juegos biológicos y ecológicos, conocer las aves del planeta que viven al lado del agua.
“En mi manuscrito de caligrafía Océano tengo dos palabras que se repiten allí frequentemente: ‘amor’ y ‘gratitud’. Son dos términos que reflejan mi actitud hacia el mar. Añadiría también “perdona”, por todo el daño que un ser humano causó al océano Mundial por su imprevisión, pereza y egoísmo sin límite”.