“A menos que incrementemos nuestra capacidad de utilizar el agua sabiamente en la agricultura, no conseguiremos acabar con el hambre y daremos paso a una serie de problemas diversos, incluyendo la sequía, la hambruna y la inestabilidad política”, advirtió Ban.
En una declaración leída al comienzo de la ceremonia del Día Mundial del Agua 2012 en la sede de la FAO en Roma, recordó que en muchas partes la escasez de agua está aumentando y la tasa de crecimiento de la producción agrícola se ha ralentizado.
Al mismo tiempo, dijo, el cambio climático está agravando los riesgos y la incertidumbre entre los agricultores, “en especial los campesinos pobres en los países de bajos ingresos, que son los más vulnerables y los menos capaces de adaptarse”.
Garantizar la seguridad alimentaria e hídrica sostenible para todos requerirá la transferencia de las tecnologías hídricas adecuadas, la promoción de los pequeños productores alimentarios y la conservación de los servicios ecosistémicos esenciales, según Ban.
También pidió políticas que promuevan el derecho al agua para todos, una mayor capacidad regulatoria e igualdad a nivel de género.
“El agua jugará un papel clave en la construcción del futuro que queremos”, añadió.
El líder de Naciones Unidas aseguró que “en la próxima Cumbre de la Tierra Rio+20, la comunidad internacional necesitará atar cabos entre seguridad hídrica y seguridad alimentaria y nutricional en el contexto de una economía verde”.
La FAO recordó en un comunicado que cada 22 de marzo, la alianza ONU-Agua, en la que participan 28 organismos de Naciones Unidas, celebra el Día Mundial del Agua, como forma de atraer la atención de la opinión pública sobre diversas cuestiones relacionadas con el vital líquido.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) es el organismo principal de la ONU para la celebración del Día Mundial este año, que tiene por tema “El agua y la seguridad alimentaria”.
Para este año ha organizado una jornada de encuentros y debates con expertos internacionales en su sede de Roma.
En su intervención, el director general de la FAO, José Graziano da Silva señaló que “hace 20 años, la primera Cumbre de la Tierra de Ría destacó la importancia vital de una correcta gestión del agua en la construcción de un futuro sostenible de seguridad alimentaria para el planeta”.
“Mientras que muchos países han dado grandes pasos hacia una mejor gestión de sus recursos hídricos, todavía queda mucho por hacer”, recordó.
“Necesitamos atender la demanda de productos agrícolas de una forma que permita conservar el agua y otros recursos naturales, pasando por una intensificación sostenible de la agricultura para producir los alimentos que el mundo necesita”.
Según la FAO, cada año se despilfarran cerca de mil 300 millones de toneladas de alimentos, y una reducción del 50 por ciento en las pérdidas y desperdicio de alimentos a nivel mundial ahorraría unos mil 350 kilómetros cúbicos (km3) de agua cada año.
En comparación, la media anual de lluvia en España es de 350 km3, la capacidad de almacenamiento del Lago Nasser en Egipto y Sudán es de unos 85 km3 y el agua que lleva el río Rin a su paso por la ciudad de Bonn a lo largo de un año suma cerca de 60 km3.
Resaltó que cerca de mil 600 millones de personas viven en países o regiones que una absoluta escasez de agua, y para 2025 dos tercios de la población del planeta podrían vivir bajo condiciones de estrés hídrico.
La FAO resaltó que una de las razones principales para ello es el uso del agua en la producción alimentaria. Una persona bebe de media de dos a cuatro litros de agua diarios, pero se necesitan de dos mil a cinco mil litros de agua para producir los alimentos que consume en un día.
Además, la agricultura es responsable del 70 por ciento del total del consumo de agua potable y agua subterránea a nivel mundial.
Milenio.com