Además del reconocimiento, el galardonado recibió un ejemplar del libro creado por el pintor Francisco Toledo en el taller gráfico del Centro Cultural Estación Indianilla, basado en un antiguo grabado sobre un barco que transporta esclavos de raza negra.
Asimismo, en el contexto del sexto aniversario del recinto se inauguró la exposición-instalación multimedia Kailash, del artista Ricardo Mazal.
El director de Estación Indianilla, Isaac Masri, subrayó que González Casanova es un hombre de todos los tiempos que ha mantenido una trayectoria profesional impecable; un sociólogo comprometido y defensor de los derechos humanos, y ejemplo de rectitud para todas las generaciones.
En su intervención y con gran sentido del humor, González Casanova recordó la primera vez que visitó Estación Indianilla: “Vine con un amigo que tenía nombre de secretario de Hacienda y que era tranviario, lo ayudaba a preparar algunas secciones leyendo, mientras el manejaba el tranvía, y un día recuerdo que me trajo hasta aquí y le insistí mucho en que me dejara una vez manejar el tranvía y nunca me dejó.”
El autor del libro La democracia en México también se refirió a la cultura y las artes, ya que la palabra precisa, la pincelada de un artista, la exactitud y el conocimiento de los creadores son fundamentales para cultivar y transmitir el devenir de un país.
El galardonado exhortó a multiplicar los esfuerzos que se han realizado en otros tiempos en favor de las artes y las ciencias. Señaló el cambio de la Estación Indianilla, la cual actualmente alberga obra de arte y tiene una vieja imprenta que parece una escultura surrealista.
Pablo González Casanova propuso a Isaac Masri realizar una conspiración y montar la obra atribuida a Esquilo, Prometeo encadenado, para invitar al público a conocer “lo mejor del teatro occidental y lo mejor de la naturaleza humana, que no se deja vencer”.
Kailash, estreno de Mario Lavista
Al acto también asistió Gerardo Estrada, director del fmx-Festival de México, quien destacó el trabajo de González Casanova, así como el de Masri para promover el arte y la cultura del país.
Ricardo Mazal explicó que Kailash es producto de un viaje que permite conocer la peregrinación que los budistas tibetanos realizan a la montaña más sagrada de los Himalayas y cuyo registro fotográfico y de video conforman la instalación multimedia que exhibe junto con nuevo pinturas de gran formato.
En la inauguración de la muestra, el compositor Mario Lavista estrenó la obra Kailash, en la que participó el Ensamble Tambuco y Carmen Thierry en el oboe, así como ocho personas que tocaron unas copas afinadas. La pieza vincula el espacio que abarca una pintura, con el tiempo utilizado en la música.
“La obra –explicó el músico– es un homenaje a la pintura de Mazal que pretende encontrar un punto de unión entre las dos disciplinas artísticas. Concebí la pieza a partir de los cuadros de Ricardo, pero también está inspirada en el Tíbet, en la montaña sagrada de Kailash.”
Lavista tocó el piano preparado, que con la introducción de objetos modifica el color y la afinación de sonido, para crear campos armónicos, una especie de orquesta de percusiones, que sorprendió al público lo envolvió en una dimensión oriental.
La exposición-instalación multimedia del artista Ricardo Mazal, que concluirá en julio, se puede visitar de lunes a domingo de 10 a 18 horas en el Centro Cultural Estación Indianilla (calle Doctor Claudio Bernard 111, colonia Doctores).
La Jornada