El lento crecimiento de la economía mexicana en las últimas décadas, especialmente en lo que va del presente Siglo, nos ha generado un nivel de desempleo, subempleo y pobreza sin precedentes desde la Gran Depresión de los años iniciales del siglo XX.
Ahora amenaza con intensificarse por la suerte prevista para nuestros principales socios comerciales: Por un lado, tenemos a una Europa seriamente enferma en lo económico, que especialmente en España, Italia, Irlanda y Grecia están aplicando políticas recesivas que consideran necesarias para buscar salir de su crisis.
Por otro lado, Estados Unidos, con pocas posibilidades de lograr sus acostumbrados altos ritmos de crecimiento en el futuro próximo, está ahora contemplando aplicar una segunda dosis a su política monetaria expansiva para evitar caer en recesión.
Simultáneamente, los latinoamericanos, China continental, y otros asiáticos siguen con sus políticas promotoras de desarrollo, para compensar los efectos de los contagios económicos que los amenazan; y no obstante ello, están desacelerando sus ritmos de crecimiento económico.
Mientras tanto, las autoridades mexicanas siguen aplicando su estrategia de desarrollo, que ha privilegiado la estabilidad macroeconómica, como propósito central, sin variar su política económica, insensibles a la pobreza y desigualdad crecientes, y a la vulnerabilidad que sufre la mayoría de los mexicanos.
Vivimos dramáticamente la crisis financiera, hace tres años, cuando fue la mexicana una de las economías que más se contrajo en su crecimiento y en la generación de empleos, por lo que no podemos estar satisfechos con ritmos de crecimiento de 3% y alrededores, como nuestras autoridades económicas lo tienen previsto.
De ahí que El Colegio Nacional de Economistas -CNE- en sus recientes reuniones regionales, conjuntas con los colegios de los Estados, recomendó al Gobierno Federal hacer todos los esfuerzos para –con políticas públicas bien diseñadas y aplicadas– aplicar un Nuevo Proyecto Nacional de Desarrollo que tenga como metas: mayor crecimiento con igualdad y estabilidad.
Considera el Colegio Nacional de Economistas, que todos los instrumentos de política deben estar alineados para garantizar, de manera simultánea, más crecimiento, más igualdad en la distribución del ingreso y entre regiones del país y estabilidad de precios en la economía, que haga posible que la generación de empleos sea sostenible por muchos años.
Finalmente, los Colegios recomendaron aplicar políticas públicas explícitamente diseñadas para lograr mejores niveles de ingreso en la población, con la ampliación de la cobertura de seguridad social y atención médica para todos los trabajadores y sus familiares.
Son momentos difíciles en todo el mundo y debemos ajustar nuestras políticas económicas y sociales y dejar de seguir las consejas neoliberales, surgidas del ahora muerto Consenso de Washington promovido por el segundo Bush, que los mismos norteamericanos ya han abandonado.
(*) Presidente de El Colegio Nacional de Economistas