Si, la “Rompieron” esa noche en el Fecuca. Lo Hizo el Grupo Beliceño-Hondureño de Garifuna Collective & Aurelio Martínez. Cómo pudo ser eso, solo recordemos que atestiguamos las aclamaciones de gozo de los miles de presentes, cuando estos artistas de la música “Garifuna” que como lengua ha sido declarada por la UNESCO como patrimonio no tangible de la Humanidad. Y fue así. En esa noche, salieron al escenario sus 8 integrantes (entre ellos dos Mujeres, que impulsaban con su Clave y su Primera voz gutural), acompañados por aquellos sus instrumentos musicales, que fueron agitados por tan fogosos artistas. Integrados por dos Bajos, una Guitarra eléctrica de requinto, un Bongó, la Clave, una Sonaja, asi como una poderosa Cantante que era el Alma del Grupo; y con ellos en el escenario, empezó la fiesta de colores y sabores, de atmosferas y añoranzas de áfrica en américa, y la multitud los siguió acompasando con su danzar aquél primer impulso musical. El baile del Garifuna Collective era eléctrico, giraban a la izquierda y luego a la derecha, todos ellos tan alegres y vitales; y el público los seguía cual péndulo amigable. Todos estaban azuzados por anhelantes sonidos de resonancia africana. ¡Bravo¡ Bravo¡ brotaban exclamaciones que se apoderaron del lugar cuando terminaron su primera melodía.
La música aquella seguía rebotando en la explanada del Municipio de Solidaridad, parecían decirles al iniciar su segunda melodía. ¡Arriba Corazones, apenas empezamos…. ¡Arriba los anhelos de fiesta y gozo¡… y la noche se embrujaba cada vez más dando rienda suelta al corcel multitudinario de las pasiones. Los cuerpos de los espectadores estaban siendo agitados por esa música de Garifuna bajo aquel fulgor de la luna en cuarto creciente.
La Rompieron La Rompieron¡ decían los ecos de la multitud. Y sí, aquella música parecía abrir los cielos antes amenazantes de chubascos, hasta la lluvia se había detenido, hacia una tregua silenciosa para quienes estaban en aquella explanada.
Era una sensación de Ágape la que reinaba en los presentes. Pensé: aquí ya no existen los CELOS, EL EGOISMO, LA CODICIA, y solo queda el éxito que solo es capaz de brindar la solidaridad musical. Ese lenguaje universal que une las tribus, pueblos y naciones humanas. Como solo ella puede hacerlo y lograr entender y sentir que todos somos Uno, que la humanidad es Una, que a su conjuro se disuelven culturas que separan.
Y aquel resonar, aquel: ¡¡ Tún tam, tam, tam, re tum, re tan, tún, tún, tam…. Aquel lenguaje de Garifuna Collective integrada por Beliceños y Hondureños rebotaba en los cuerpos y corazones que lo aceptaban y usaban para bailar, disfrutar y bailar. Y aquel Primer Bajo, sobresalía en su cadenciosa música, parecía quebrar el espíritu de los presentes. ¡Qué Bárbaro ese del Bajo, hace con su guitarra que las almas se sientan libres, y que se sepan liberadas¡¡. Estos eran los sonidos que salían de esos instrumentos, que decían y se oían así: ¡Ret ra, ret ara, ret ra. Ta ta tatta, rem, ama mmm ama, uuuu, mach, machs, machs, ile, ile, ile ¡¡. Y el invierno caribeño se sentía en el Bajo aquel, que había alcanzado en su vibrar a la tambores que lo esperaban para unirse en armonía musical; y los sonidos cambiaron su frecuencia, se hicieron más graves aún: ¡¡ Gua gua, gua, ah, ah, ah, aie, aie, ala, ala, ala ¡¡¡ y el requinto aquel, en un perfecto contrapunto iniciaba su participación para apoderarse de los corazones aquellos, superando toda barrera que evitase la armonía en aquellas almas expectantes. Y Después volvieron [con sus voces de trueno] aquellos tambores, y sus sonidos decían. ¡¡¡ Úle, úle, na, na, na aieeeee, aieeee ¡¡¡, que hacían sentir, verdaderamente, la fusión de la sangre, la pasión y las almas en una sola entidad. Y así Isse Tibuno, agitaba más el ambiente con aquella su música y en su lengua Garifuna sonaba así: ¡Sinea meruha, uere; sing ameru ah, sing ameru ah¡, que pareciera ser traducido asi: “El amor existe ya ¡¡¡. Dos niños (apenitas de tres años) acompañaban a su madres muy bailadores, y muy fiesteras, las seguían con sus inocentes y gozosos ojos, mirando sin atinar explicarse porque aquélla agitación y gozo y fiesta. Mientras la música aquella seguía rompiendo el cielo caribeño de Playa del Carmen: ¡ Sing ha, meru ah, Sing ha, ameru ah, sing sing… ameru ah ¡
Y la Rompieron y la Rompieron estos de Garifuna Collective ¡¡, así lo decían los miles de espectadores, con las manos en lo más alto, todos bailaban. Era aquella una mezcolanza de italianos, españoles, francés, mexicanos, venezolanos, hondureños, que hacían realidad una Babel mundial; pero de ella no salía ningún reflejo de confusión e incertidumbre, solo brillaba allí el Ágape de sentires, sentimientos y amores, de aquellos humanos presentes en Playa del Carmen, quienes fueron conducidos y protegidos por la musica de Garifuna Collective.
Y reventó una exclamación, que se pudo oír al conjuro musical: ¡¡Qué Muera la Tristeza, Qué muera para siempre hoy ¡¡¡¡. En esas emociones la multitud estaba, cuando apareció Aurelio Martínez, acompañando a Garifuna Collective, y reventó unos: ¡Hay, Hay, Hay Hay, Hay, gauanale guanala, guanale¡; y al unísono lo acompañaban las gargantas e instrumentos musicales, y los brazos y manos conquistaban lo más alto, agitándose de gozo mutuo, buscando el cielo. La sensualidad se hacía presente en aquel espectáculo colectivo, afloró en todo las direcciones de la explanada, las caderas, aquéllas caderas libres habían quedado para expresar alegría y gozo, como solo el Caribe de Playa del Carmen sabe expresarlo. Y para demostrar lo que se sentía, una mujer guapa, morena y de caderas pronunciadas muy gozosa y fiestera, Venezolana Ella, (Alejandra Márquez) se sube al escenario para bailar un “solo” con Aurelio y Garifuna Collective, en una melodía feroz, salvaje, bella y gozosa; rompiéndole a los presentes toda expectativa mejor de un espectáculo que nunca hubiesen imaginado. Agitaba sus caderas como tantas y tantas mujeres del caribe y solo ellas pueden hacerlo; sus quiebres, sus volanderas caderas impactaban los corazones, las almas, el gozo de la sangre de aquel público expectante, aquel. Después el requinto de Aurelio empezaba a silbar y aullaba y aullaba, y la gente exclamaba: ¡Así, así, Tu Tu, La La, Yupá la, Yupa¡ Y Garifuna Collective se convertía en una musa caribeña, que puso e hizo vivir, de verdad, a aquella multitud, dándose un tiempo a expresar su mensaje de Unidad en el mundo, señalando: “Nosotros somos la voz del silencio” “Somos la voz que acalla el silencio” Y hablando en lengua Garifuna exclamó, cadenciosamente: “Lo paroco, par ara, Wey paroco co coo oc oc, oc ….”
Para ese tiempo, los dos niños aquellos, hacían la señal de bienaventuranzas, como en esas ocasiones mágicas, en la cual, la bebida, la buena comida en las viandas y los vinos están en su punto, son ricos y buenos, noche de luces e intensos y vividos sonidos, tocados por el embrujo de la música de Garifuna Collective y Aurelio Martínez, anunciando la Buena Noche que alumbró el Caribe con tan expresivo Festival Cultural y en especial a la Riviera maya, a Playa del Carmen, Isla Mujeres, Tulum, Can Cun, Cozumel y Chetumal. Se había cumplido con creces la de toda fiesta cultural, el Fecuca seguía muy vivo en esta edición 2013, alumbrando el porvenir de su destino, avizorando su edición del año 2014….¡¡