Gabriel Teporaca (1593-1653), caudillo indígena chihuahuense por excelencia

0
865

Con cierta inseguridad podemos ubicar el nacimiento de Gabriel Teporaca en el año de 1593, tomando como base la declaración que el propio Teporaca hace ante el escribano real durante el juicio de guerra que se le siguió en Tomochi para su ejecución como rebelde a las armas del rey.  Según el mencionado documento el caudillo tarahumara tenía a la sazón, o sea en el año de 1653, aproximadamente sesenta años. Curiosa coincidencia la de que los dos libertadores que han entrado a la senectud: Hidalgo y Teporaca, mueran en circunstancias semejantes.

Es muy probable que don Gabriel, fuera originario de la región comprendida entre Tomochi y Cocomorachi, pues al ser derrotados sus huestes, Teporaca pretende refugiarse en esta área, que es la misma en que Ignaciote, otro cabecilla de la rebelión tarahumara se declara pariente de un nieto de Teporaca en 1697.

Es muy probable que fuera el padre Gerónimo de Figueroa el que bautizara a don Gabriel cuando en compañía del capitán Pedro de Perea el año de 1642 cruzaron la sierra visitando algunos pueblos hasta llegar a Sonora, que era el destino del capitán. De lo que si tenemos noticia, son de las cordiales relaciones que Teporaca mantuvo durante algún tiempo con los españoles, principalmente con el padre Virgilio Máez, misionero de Satevó, y con el recién llegado padre Cornelio Beudín, al que defendió Teporaca durante el asalto que los tarahumares dieron a San Francisco de Borja durante la fiesta de Corpus en el año de 1648.  La amistad con los españoles se prolonga hasta el año de 1650 en que aún le presta cierta ayuda para la creación de la Misión de Papigóchic y la fundación de la Nueva  Villa de Aguilar.

Sin embargo durante el lanzamiento más cruel o mejor organizado que realizan los tarahumares en el año de 1652, será don Gabriel Teporaca el alma y motor del mismo, azuzado por una mujer de Basúchil que impreca a los españoles, la injusta muerte de su marido y de su hijo Iquiti que habían muerto en la sublevación de 1648. En el fondo la inconformidad de los indios se debió fundamentalmente al despojo de tierras de que fueron objeto en el Valle del Papigóchic, y las muchas vejaciones a que los sometían los pobladores de la Villa de Aguilar.  De estos males el misionero Cornelio Beudín había estado muy enterado.

Se unieron al alzamiento de Teporaca otros capitanes indios, entre los que destaca Ochavarri, Frasquito, Ternera y Nicolasillo.

El ataque a la Villa de Aguijarse inicio el 3 de marzo de 1652.

Contraviniendo la tradicional forma que se estilaban entre los tarahumares de convenir con el enemigo el lugar y momento de la lucha; Teporaca olvidó los viejos formulismos y atacó la villa conforme a los ardides aprendidos a los españoles.

Después de un sitio de tres días sucumbe la Villa de Aguilar, salvándose de la masacre sólo una niña mestiza de ocho años.  La defensa fue heroica, tanto de la parte del capitán de la villa que era don Gerónimo de Vega, como del misionero el padre Antonio Basilio Jácome, al que se le avisó del riesgo que corría cuando estaba atendiendo a los neófitos de la misión de San José de Teméychic.  Sin embargo el padre Basilio en vez de ponerse a salvo, se limitó a enviar una carta al padre Virgilio Máez de Satevó, en que lo enteraba de los sucesos, y Basilio por su parte se trasladó a la Villa de Aguilar para auxiliar a sus moradores.

El gobernador de la Nueva Vizcaya don Diego Guajardo Fajardo, que se encontraba luchando contra los tobosos en el peñol de Nonolat, se traslada inmediatamente a la Tarahumara, y en una lucha sin cuartel vence paulatinamente a los alzados tarahumares.  Su mejor victoria la obtiene en el Peñol de Pichachic, gracias a la información que le proporciona el capitancillo tarahumar don Diego de Lara.

Las fuerzas tarahumaras son dispersadas y perseguidas por distintos rumbos.  Teporaca huye hacia Tomochi y cerca de este lugar es hecho prisionero el 28 de febrero de 1653 por el capitán Sebastián de Sosoaga.

El gobernador Guajardo Fajardo, establece su campamento de guerra en el Valle de Tomochi y tras la celebración de una junta militar en que participan: el sargento mayor Alfonso Ramírez del Prado, el capitán Nevárez, Sosoaga y otros oficiales; Teporaca es sentenciado a morir en la horca.

Antes de la ejecución de don Gabriel el capellán castrense, el Bachiller Juan Tello exhorta a Teporaca, para que se retracte y se confiese.  El caudillo indio se negó rotundamente agregando insultos al religioso y a los españoles. Sirvió de intérprete durante todo el proceso, el capitán Juan de Echeverría y el gobernador indio don Baltasar. Este dato nos revela que el trato de Teporaca con los blancos fue poco, pues no logró aprender el castellano.

La sentencia contra Teporaca, se cumplió el 4 de marzo de1653, ahorcando al tarahumar en un pino frente a la tienda de campaña del gobernador, siendo su cadáver flechado por los indios auxiliares de los españoles, y posteriormente abandonado para que lo consumieran las aves de rapiña.

Cuarenta años después, en la última rebelión organizada de los tarahumares, el cabecilla es nieto de Teporaca, y en los documentos se le menciona como Tepuraca, en distintos actos de esta guerra que se inició en 1690 y termina en 1697.

La palabra Teporaca, significa hachero, y, aunque en los autos del proceso que se le sigue al caudillo indio, se le llama Tepórame, en todos los demás manuscritos de aquella época, lo mencionan como Teporaca. El que el escribano Diego de Galarreta haya puesto en los autos mencionados achero sin h, lo hace por error ortográfico que no justifican especulaciones tan ingenuas, que lleven a suponer que la palabra significa vigía u otras cosas.

4/5 (1 Review)

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here