En su opinión, Estados Unidos debe asumir la parte de responsabilidad que le corresponde, puesto que es el mayor consumidor de drogas en el mundo.
Hasta ahora, dijo al portal del diario argentino La Nación, el asunto del narcotráfico se ha tratado como un problema unilateral, y toda la culpa se le suele achacar a México.
Pareciera que “una vez que la droga cruza la frontera, la bendice el Espíritu Santo porque todo pasa a ser inocente. No hay quiénes la distribuyan, la consuman. No sabemos nada allí.
“Mire usted, quiénes son los que distribuyen y consumen la droga. En Estados Unidos, que es el principal mercado, nadie lo sabe. Toda la culpa está del lado mexicano, de quienes la distribuyen, la ofrecen, compran las armas”, denunció.
Añadió que es un problema difícil para los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Estados Unidos, Barack Obama, y que heredarán a quienes los sucedan.
El autor de La región más transparente y miembro de una comisión regional que aboga por la despenalización de las drogas, indicó que junto con los expresidentes de México, Ernesto Zedillo; de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, y de Colombia, César Gaviria, “nos hemos dado cuenta de que la política de represión sólo genera más criminalidad”.
Fuentes afirmó que Calderón “se empeñó en una política que no ha hecho más que darles mayor poder a los grandes zares de la droga. Esa política ha fracasado, y hay que buscar otra”, enfatizó.
En ese sentido, refirió que la única alternativa que se le ocurre es “la despenalización paulatina. Se puede empezar con la mariguana, con algunas pocas drogas, pero el hecho es comenzar una campaña y universalizar ese concepto”, sostuvo.
Aclaró que si bien no es la salida perfecta, “por el momento, no veo otra salida”.
Recordó entonces la experiencia del expresidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt, con la legalización del alcohol.
“En el momento en el que se permitió a la gente que se emborrachara, hubo borrachos, pero lo que ya no hubo fue ‘Al Capones’, eso se acabó. Entonces, hay un camino, que tiene peligros, que no es perfecto, pero que es mejor que el actual”, subrayó el también autor de Las buenas conciencias.