ya que la violencia familiar ocasiona trastornos psicológicos y emocionales, como la depresión; tiene consecuencias físicas (fracturas, desnutrición y otras lesiones) y sociales (aislamiento), advierten especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En México las que más sufren este maltrato, ya sea físico, psicológico, económico, sexual o bien por negligencia en la atención (en caso de padecer alguna enfermedad) o abandono, son las mujeres mayores de 50 años.
El Instituto comentó que es indispensable investigar más a fondo el caso de los hombres, ya que no se tienen datos sobre el particular, en tanto que la proporción antes mencionada sobre las mujeres fue producto de una encuesta realizada a tres millones de ellas por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), el Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
IMSS añadió que este dato es aproximado, ya que se tomó en cuenta solo los casos reportados, ya que muchas veces las víctimas de la violencia familiar no informan sobre lo ocurrido por miedo a ser abandonadas o a recibir nuevas agresiones.
La unión de los sectores de la sociedad, pero sobre todo de la familia, es la que puede ayudar a erradicar este problema; la labor del Instituto que a través de la Coordinación de PREVENIMSS desarrolla en Unidades de Medicina Familiar (UMF) sesiones educativas sobre el maltrato e integra grupos de ayuda para la prevención de la violencia familiar, mediante prácticas no violentas.
Para poder asistir a una de estas pláticas y a los grupos, es necesario que el interesado acuda a la UMF que le corresponda y pedir a la trabajadora social que lo inscriba, al igual ella podrá canalizarlo a algún Centro de Día, de Seguridad Social o de Extensión de Conocimientos si deseara tomar algún taller para ayudar a desarrollar sus habilidades.
El Seguro Social ofrece múltiples opciones para prevenir y combatir el maltrato al adulto mayor; por esto, si el problema es más grave se le deriva a diversas instituciones especializadas, donde pueden recibir asesoría jurídica y psicológica.
Algunas de las principales causas de dicho maltrato, por parte de los propios afectados, son: situaciones de dependencia, ya sea física, mental o económica; deterioro cognitivo y edad; y de sus cuidadores: estrés, problemas socioeconómicos y antecedentes de violencia familiar.
El entorno es un factor muy importante también, por esto el propio adulto mayor puede contribuir a mejorar su situación, conviviendo más con familiares y amigos, participando en actividades, ya sean culturales o deportivas; cualquier actividad que lo haga sentir útil, motivado y contento, al igual que fomentar la comunicación familiar y ayudar en las labores del hogar.
A su vez, quien tiene a su cargo a estas personas puede compartir el cuidado con otro miembro de la familia, establecer contacto con grupos de ayuda y tener periodos de descanso.
También resulta muy importante un cambio de actitud en los jóvenes que se desesperan fácilmente con sus familiares mayores, por lo cuál es necesario fomentar en ellos conciencia y una actitud más comprensiva, que tomen el envejecimiento como un proceso natural y, por ende, les lleve a evitar el maltrato a estas personas.