Las razones del movimiento efectuado por Benjamín Palacios no podían ser otras distintas a las de carácter político, pues un personaje de sus características -en cuyo versátil perfil y carisma personal convergen aptitudes de estratega, comunicador, gestor, operador y mediador conciliatorio- difícilmente podría pasar desapercibido en el momento de definiciones preelectorales que hoy protagoniza el PRI en Chihuahua. En concreto: Benjamín Palacios se retiró de su posición en el Poder Legislativo porque con motivo del proceso electoral en curso el PRI lo ha llamado para postularlo a una candidatura, que podría consistir en la suplencia de alguno de los candidatos titulares a diputados.
A Benjamín Palacios le favorecen, más que las circunstancias actuales –alineamiento de astros, le llaman los politólogos de café- su extenso currículum y los innegables méritos políticos que registra su brillante hoja de servicios, mismos que el tricolor sacó del archivo ahora que llegó el tiempo de revisar los perfiles, antecedentes, trayectorias y capacidades de quienes quieren y tienen reales posibilidades de subir a la palestra pública. Es decir, la acertada decisión que desde hace unos días ha relanzado la carrera política de Palacios Perches para colocarlo como uno de los actores más refulgentes en el firmamento electoral chihuahuense, no obedece a alguna razón coyuntural, ni mucho menos al favor emanado de una graciosa concesión; lejos de ello, la postulación de Benjamín Palacios es resultado de la vasta experiencia y popularidad por él acumuladas a lo largo de casi cuatro décadas de leal y disciplinada militancia en las filas del partido tricolor, al que ingresó en el año de 1974, a la edad de diecinueve años, y donde ha desempeñado diversas encomiendas de gestoría social, proselitismo político y activismo electoral, habiendo sido electo ya en una ocasión diputado federal suplente.
Serían insuficientes estos renglones para describir a detalle la peculiar ruta que Benjamín Palacios ha recorrido tanto a través de su ejercicio profesional como mediante su brega en la vida pública. Sin embargo es pertinente referir que en el devenir de los últimos cuarenta años Palacios Perches ha construido sólidos vínculos de entendimiento y/o colaboración con todos los mandatarios que han ocupado la titularidad del Poder Ejecutivo del Estado de Chihuahua, incluyendo, por supuesto, al licenciado César Duarte Jáquez, actual Gobernador.
Entre otros de los múltiples aspectos que componen la prolífica biografía trazada por Benjamín Palacios desde que alzó sus alas al vuelo al salir del hogar familiar, en su natal poblado de Escalón, en el Municipio de Jiménez, figuran las tareas que ha desplegado como telegrafista, reportero, dirigente sindical, activista político, maestro y litigante, hasta llegar a convertirse en propietario de una empresa de servicios hoteleros y gastronómicos. Como líder sindical dirigió en el estado a los gremios de telegrafistas, periodistas y empleados federales (FSTSE); también fue corresponsal de diarios impresos, conductor de noticieros televisivos, abogado postulante, y catedrático universitario. En 1982 fue electo diputado federal suplente; y varias veces ha sido operador político e integrante del Comité Directivo Estatal del PRI; así como cercano colaborador de los licenciados Óscar Ornelas, Fernando Baeza y Cesar Duarte, en sus respectivas campañas para la gubernatura.
La lealtad y cercanía que Benjamín Palcios le guarda al gobernador Duarte, así como los firmes nexos que ha sabido edificar tanto con los medios de comunicación como con el resto de la clase política, aunados a la popularidad que goza entre los liderazgos y las bases de la militancia priísta, constituyen un valioso capital político con el que Benjamín Palacios llega a la justa electoral de 2013, y a la vez confirman en modo contundente la justificación que respalda su postulación como candidato.
Quienes conocen bien la historia del doctor Palacios Perches cuentan que en una ocasión su amigo Mario De la Torre –ex alcalde de Chihuahua-, refiriéndose a la innata habilidad e inquietud distintivas de aquél, esbozó delante de varios amigos comunes de ambos el siguiente comentario: “Benjamín es un hombre que con una hebra es capaz de hacer un suéter”. Qué razón tenía el licenciado De la Torre, hoy constatamos cómo su predicción continúa vigente, ya que después de muchos años de “confeccionar” cuantas hechuras ha querido, Benjamín sigue haciendo de las suyas, y hoy está a punto de estrenar su nuevo suéter.
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