Hay que señalar que el rubro de la alimentación social constituye el eje de uno de los programas a los que la ONU confiere especial importancia, debido a la trascendencia que juega el papel nutricional en el desarrollo individual y el bienestar colectivo de las sociedades de las diversas naciones. La alimentación nutritiva es de fundamental valor porque constituye un elemento de salud personal y pública, así como de seguridad nacional para los países.
El entrono de la conducción política, económica y social del actual del gobierno mexicano resulta un óptimo y esperanzador escenario para las expectativas de la Cruzada Nacional contra el Hambre, y para los anhelos de millones de familias beneficiarias de las acciones de dicho instrumento institucional. De concretarse crecimiento económico que se prevé para México en el presente año y en los tiempos venideros, habrá mayores recursos para que se genere un círculo virtuoso de inversión-empleo-consumo-recaudación fiscal, cuyos efectos sobre las economías familiares y las finanzas públicas son evidentes. Una condición de continua estabilidad y crecimiento económico vendría constituirse como un factor que coadyuvaría de manera indirecta pero significativa a la consecución de los objetivos del programa alimentario mexicano. Ello es obvio, pues a mayor generación de inversiones en el país mayor número de empleos directos e indirectos, y a mayor número de empleos mayores posibilidades de obtención o incremento de ingresos para las familias que tienen bajas percepciones económicas o carecen de ellas.
Igualmente, el incremento en la recaudación fiscal, derivado del fortalecimiento del Producto Interno Bruto y las demás variables macroeconómicas, repercutirá positivamente en lo que concierne al financiamiento de los programas sociales del estado mexicano. Como consecuencia lógica de la consolidación fiscal y financiera del gobierno, la ejecución de estos programas se verá sensiblemente mejorada, al contarse con asignaciones presupuestales que garanticen la cobertura, oportunidad y suficiencia de los mismos.
Las internacionalmente elogiadas reformas legislativas que durante el primer año de gobierno del Presidente Peña Nieto, ha emprendido México, en las materias financiera, hacendaria, energética, de competencia económica y de telecomunicaciones, son ahora una de las columnas sobre las que descansan las razonadas predicciones y expectativas que permiten augurar mejores tiempos para nuestra patria. También constituyen un sólido respaldo para el país su presente y mundialmente aplaudida situación de estabilidad económica y disciplina financiera, que caracterizan al buen momento actual de esta nación, colocándola incluso como ejemplo para las economías de otras naciones americanas o europeas como Argentina, Brasil, España, Grecia, Italia, Portugal o Venezuela, cuyas finanzas atraviesan por un difícil momento.
Lo declarado por la ejecutiva de la ONU valida la actuación del gobierno federal mexicano. Es evidente, ante la mirada de propios y extraños, que los programas emprendidos por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto están alcanzando sus objetivos. La Cruzada Nacional contra el Hambre no es la excepción y ha empezado a mostrar en modo tangible la bondad de sus acciones, así como su necesaria continuidad para trascender más allá del presente sexenio, en virtud de que la naturaleza, los alcances y la visión con los que fue concebida la convierten en un programa prioritario, cuya jerarquía es de auténtica política de estado.
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