El documento, encargado hace un año por la secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton, estudia el impacto que el agua puede tener en la seguridad del mundo en las próximas décadas.
“Estas amenazas son reales y plantean graves preocupaciones sobre la seguridad”, comunicó la titular de Exteriores en un acto celebrado en el marco de la jornada internacional dedicada al agua.
El NIC, formado por las principales agencias de inteligencia estadounidenses, alerta que aunque el riesgo de los problemas relacionados con el agua en la próxima década será “mínimo” creará tensiones entre estados y amenazará con desestabilizar mercados nacionales y globales.
Según el informe, a partir de 2022 la escasez de agua se agudizará y las reservas acumuladas en cuencas compartidas podrán ser utilizadas cada vez más como arma política o para impulsar objetivos terroristas señalando como focos susceptibles las zonas de Oriente Próximo, el norte de África y el sur de Asia.
Ningún estado está a salvo
Aunque Clinton advirtió que ningún país, por muy desarrollado que esté, es inmune a los retos que supone la escasez de agua, el informe indica que en estados empobrecidos este será un problema especialmente grave.
Las tensiones sociales, los problemas de liderazgo o la existencia de gobiernos débiles podrían, junto con factores meteorológicos como el aumento de inundaciones y la sequía, llevar a un agotamiento de la voluntad para negociar soluciones pacíficas en los estados más pobres. Además, todos estos hechos “aumentarán probablemente el riesgo de inestabilidad y fracaso del Estado, exacerbarán las tensiones regionales y distraerán a los países del objetivo de trabajar con Estados Unidos en importantes proyectos políticos”, afirma el análisis.
El informe predice que los terroristas podrían amenazar con atacar infraestructuras, como reservas y presas de agua, y que el miedo a las inundaciones “alarmará a la población y llevará a los gobiernos a tomar medidas costosas para proteger las infraestructuras del agua”.
La jefa de la diplomacia estadounidense presentó hoy la Asociación Estadounidense para el Agua, una iniciativa pública y privada que pretende hacer llegar a los países que lo necesiten la experiencia y conocimientos de las empresas estadounidenses que se han enfrentado a problemas relacionados con el agua
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