Emiliano Gallaga, director de esa zona arqueológica, explicó que los trabajos se realizan desde hace dos años y que mediante un mapa tridimensional se constató que en el sector noreste del sitio se halla una de las edificaciones más grandes de Mesoamérica, sólo comparable con otras del área maya ubicadas en Tikal y El Mirador, en Guatemala.
Otra característica que torna única a esa estructura prehispánica es que las siete plataformas que la integran fueron espacios específicos destinados para palacios, templos, unidades habitacionales y administrativas. Es una única estructura para diversas funciones específicas dentro la estructura social, política, económica y religiosa, que no se repite en ninguna otra zona arqueológica del mundo maya, añadió el investigador del INAH.
“Es una gran sorpresa constatar que la pirámide fue hecha casi en su totalidad por los arquitectos prehispánicos y, por tanto, es más artificial que natural.
“Lo anterior se explica porque se creía que casi toda era un cerro o montículo natural, pero las recientes evidencias han develado que casi en su totalidad fue edificada por los antiguos pobladores.
“Toniná –prosiguió– es más grande de lo que sospechábamos. Sus pirámides están conectadas por medio de calzadas localizadas en lo alto de las elevaciones aledañas.”
Además, Gallaga comentó que tras estas evidencias en la pirámide de Toniná, también se corroboró que ésta supera en altura a la del Sol, en Teotihuacán, estado de México, la cual mide 65 metros.
De esta manera los especialistas del INAH han determinado que el núcleo urbano tiene una continuidad arquitectónica de entre 10 y 12 hectáreas, el doble de las que anteriormente se conocían y que correspondían sobre todo a la fachada sur de esa acrópolis, que es una de las más importantes de las zonas mayas.
De hecho, Toniná derrotó a Palenque y algunas investigaciones apuntan a que en este lugar fueron tomados prisioneros dos hijos de Pakal.
Además, el arqueólogo dijo que este nuevo registro surgió durante los trabajos de consolidación y restauración que se efectúan en la parte norte de esa mítica acrópolis, luego de la adquisición de terrenos por el INAH, lo cual permitió profundizar sobre aspectos urbanísticos de esta antigua ciudad, entre ellos que el sitio prehispánico es más extenso de lo que se creía.
El mapa tridimensional fue elaborado de manera conjunta por Juan Yadeun Angulo, director del Proyecto Arqueológico de Toniná, y el experto Carlos Pallán, quien dirigió a un grupo de estudiantes en arqueología y posgrado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, quienes levantaron ese mapa donde quedaron registradas las estructuras del sector noreste del sitio, sus dimensiones y su interconexión mediante calzadas artificiales.
Nuevas pistas
Hace unos meses en Toniná fue descubierto un sarcófago de piedra que data de los años 840-900 dC, el cual podrá contribuir a explicar el derrumbe de la cultura maya. Dentro del sepulcro se hallaron restos óseos y objetos de cerámica y, según los especialistas, este hallazgo sería comparable con el de la Reina Roja de Palenque. En este momento las evidencias halladas se encuentran en fase de laboratorio y posteriormente se realizarán estudios de ADN, entre otros, que tal vez nos ofrezcan información para conocer la identidad de ese personaje.
También en Toniná fue descubierto hace unos meses un muro con un texto glífico que incluye el nombre completo del jerarca maya que forjó el más importante de los señoríos militares de ese lugar, K’inich B’aaknal Chaahk, sexto gobernante de los 14 (hasta ahora conocidos) que dirigieron esta antigua urbe; incluso se halló su retrato modelado en estuco.
Es muy importante subrayar que la difusión sobre Toniná ha sido muy escasa, y es necesario que se conozca este lugar por la relevancia que tuvo y porque también es una de las grandes ciudades mayas de Chiapas, como Palenque o Bonampak, puntualizó Emiliano Gallaga.
La Jornada