Cuchillo Parado, es el nombre de un ancestral pueblo con sabor y denominación de aspecto apache, donde se detonaron los primeros disparos de la revuelta social mexicana que hace ciento dos años marcó un hito para la transformación política de México, y del destino de los millones de habitantes de este estado nacional.

 

Al escuchar por primera vez los vocablos Cuchillo Parado, suenan en el oído como si fueran un nombre mágico, emergido de una leyenda sobre una especie de aldea habitada por feroces indios apaches, acostumbrados a vivir a lomo de caballo cazando animales salvajes y exterminando hombres blancos. Pues así de recio y viril es el nombre del afamado pueblo que encendió la chispa de la guerra intestina que cimbró a nuestra patria en los albores del siglo XX, y así de merecida es la original nomenclatura que sus primeros pobladores adoptaron para dar identidad a este añejo y otrora rústico asentamiento, ya que la gesta ahí engendrada y la determinación del valiente carácter de sus primigenios habitantes no son para menos. En Cuchillo Parado la disyuntiva en la que el Ejército Federal puso a los jefes de familia aquél lejano otoño de principios del siglo pasado, era clara: matar o morir, por la dignidad nacional, en medio del inhóspito desierto.

 

Por ello, los hombres dejaron guarecidas en el pueblo a sus mujeres, niños y ancianos, y bajo el mando del bravío Toribio Ortega salieron a las orillas del Río Conchos a enfrentar al enemigo. De tal modo, en la refriega de ese frío día de Noviembre de 1910 triunfaron los arrojados hombres de Cuchillo Parado, quienes con el alma henchida de pundonor, y con sus curtidas manos aferradas a las riendas de sus caballos y a las poderosas carabinas 30-30, derrotaron con enjundia y gallardía a las tropas que venían a arrestarlos.

 

Cuchillo Parado, cuyo nombre las crónicas atribuyen a la formación rocosa natural que a medio lecho del Río Conchos se yergue asemejando la efigie de un cuchillo en posición vertical, no es ajeno a la historia y geografía de las ancestrales tribus indias, que durante centurias imperaron en extensas regiones de Chihuahua, pues el pueblo no solo se asienta en el río que dio sustento a los legendarios conchos y tomó su nombre, sino que se sitúa en el desierto de Coyame, escenario de correrías del sanguinario jefe apache Victorio, quien después de décadas de librar cruentas luchas y atropellos contra los blancos, fue abatido el 14 de Octubre de 1880, por el General Joaquín Terrazas, en la célebre “Batalla de Tres Castillos”, que tomó tal nombre precisamente de los promontorios cerriles de la llanura coyamense, en los que las balas militares segaron la carrera delictiva del aguerrido caudillo apache que tantas muertes y perjuicios causó entre la población civil del estado.

 

De esa manera, el mítico nombre de Cuchillo Parado conjuga los antecedentes antropológicos del lugar al que bautizó, y la reciedumbre que siempre ha distinguido a las mujeres y los hombres de Chihuahua. El Gobernador César Duarte, amante de la épica historia y la cultura del gran estado que gobierna, ha dado un notable impulso a las conmemoraciones tradicionales que cada año se efectúan para recordar el temple y patriotismo de Toribio Ortega y los demás coyamenses, que hace una centuria demostraron a México lo que es capaz de hacer un pueblo cuando el sojuzgamiento y la opresión lo orillan a impartir justicia por su propia mano, para defender su dignidad y libertad, los bienes más preciados de todo ser humano.

 

Cada 14 de Noviembre, el Congreso del Estado de Chihuahua celebra en Cuchillo Parado una sesión solemne, que por unas horas convierte a ese emblemático poblado en la capital política de la entidad. Además, el gobernador Duarte ha destinado recursos para el mejoramiento de la infraestructura de esa comunidad, con lo que la ha hecho más habitable, e incluso más atractiva para el turismo cultural.

 

Tal vez el siguiente paso a darse en la esfera institucional sea la instalación de un museo respecto a los vestigios e historia de las culturas conchos y apaches en Chihuahua, así como sobre los antecedentes y el desarrollo de la Revolución Mexicana, lo que detonaría el turismo cultural en esa emblemática región que además seduce por la indescriptible belleza de sus paisajes naturales. Son un acierto las acciones desplegadas por el gobernador Duarte en Cuchillo Parado, histórico sitio que posee el inigualable honor de ser la cuna de la Revolución Mexicana, y tiene potencial para convertirse en un nuevo destino turístico de Chihuahua.

 

Comentarios o sugerencias: carlosjaramillovela@yahoo.com.mx

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