En territorio estatal, de acuerdo con diversos estudios, existen más de cinco millones de llantas de desecho, acopiadas en los principales basureros, lo que representa un grave riesgo para la salud de la población, ante la eventualidad de incendio, inhalación de sus químicos altamente cancerígenos, y generador de fauna nociva en temporada de calor, como mosquitos transmisores de enfermedades, así lo señaló Silvia Castro Arreola, Directora de Ecología de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología.
En ese sentido, la funcionaria estatal explicó que el gran volumen de llantas existente en el estado tiene su origen en los Estados Unidos, pues en su mayoría se trata de neumáticos que al concluir su vida útil ingresaron a México por Ciudad Juárez para darles un segundo uso, al ser llantas muy baratas que finalmente se convierten en neumáticos de desecho.
Asimismo, detalló que en Ciudad Juárez hay cerca de cuatro millones de llantas, mientras que en la ciudad de Chihuahua se estima hay de 700 a 800 mil llantas, y en Delicias, Parral y Cuauhtémoc, 200 mil más.
Luego de comentar que los residuos triturados pueden servir como combustible, la titular de Ecología en el estado dijo que las llantas usadas ocupan una gran cantidad de espacio en los rellenos sanitarios y no son biodegradables, además de que en época de lluvias acumulan agua que permite la incubación de mosquitos transmisores de enfermedades como el virus del Nilo, malaria, paludismo y dengue, entre otras.
Asimismo, enfatizó que los tiraderos de llantas pueden incendiarse, lo que genera grandes cantidades de humos tóxicos que pueden ser letales para la salud del ser humano y del medio ambiente.
Con una inversión de recursos estatales y federales del orden de los 8 millones 400 mil pesos, la adquisición de la planta móvil de trituración implica la solución de la problemática de las llantas de desecho al adoptar un sistema integral que garantice la eliminación de llantas acumuladas de manera eficiente y continua.
La planta móvil de trituración permitirá, agregó, contar con un mecanismo para disponer adecuadamente de las llantas generadas en el presente y futuro, y eliminar el inventario de llantas generadas y reducir los riesgos inherentes a la salud humana y a la contaminación de aire, suelo y mantos acuíferos.
