Acceden a educación superior sólo 1% de indígenas, señalan expertos

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Advirtieron lo anterior los autores y coordinadores del libro electrónico Voces de jóvenes indígenas. Adolescencias, etnicidades y ciudadanías en México, editado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que fue presentado este miércoles en Casa Lamm.

 

El volumen reúne las experiencias de adolescentes indios de 13 comunidades del país, quienes mediante videos, narraciones, fotos, podcasts y obras de teatro expresan diversos aspectos de su vida, sus intereses y preocupaciones, que muchas veces se homogeinizan o se pierden en el tema general de los pueblos indios.

 

María Bertely, investigadora del Ciesas, alertó que las juventudes nativas están particularmente expuestas a la exclusión y la falta de oportunidades, lo que puede convertirlos en un sector atractivo para el crimen organizado.

 

La especialista recordó que únicamente uno por ciento de los muchachos de los pueblos originarios del país logran acceder a la educación superior, donde además predominan los conocimientos estandarizados en español, lo que provoca una devaluación de su trabajo y su esfuerzo, y al mismo tiempo los coloca ante la disyuntiva de ser cooptados para actividades ilícitas.

 

En vez de aceptarlos como sujetos de derecho y reconocer su valor, su potencialidad y sus propuestas, el gobierno de México no ha sabido darles las suficientes oportunidades de desarrollo, lamentó.

 

Gonzalo Saraví, también académico del Ciesas, afirmó que hay múltiples formas de ser adolescente e indígena, y festejó que este libro les brinde la oportunidad de ser autores y protagonistas de sus historias, así como hablar de su identidad étnica y sus inquietudes, como lo ordenan además diversos tratados internacionales firmados por el gobierno mexicano.

 

El escritor y periodista nahua Mardonio Carballo subrayó también que el ser indígena implica una suma de intereses e identidades diversos, que no puede encasillarse ni estereotiparse, los cuales tienen en el arte una forma idónea de expresión.

 

Este libro da cuenta de cosas que da miedo decir, pero con él tenemos la posibilidad de tener un país mejor, porque los jóvenes no merecen balas ni sangre. Hay que dialogar y tender puentes para que la multiculturalidad no sea nada más demagogia, enfatizó.

 

Susana Sottoli, representante del Unicef en México, lamentó que muchas veces el tema de los jóvenes indios sea opacado por el de los adultos.

La jornada

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