La historia se hizo una realidad presente durante la narración de un anciano, quien recordaba aquellos tiempos en que Chihuahua era una ciudad más rural que en la actualidad, cuando la Hacienda Quinta Carolina no era todavía devorada por la mancha urbana, para ser elegida como paseo favorito de las familias chihuahuenses, quienes recorrían un largo camino desde el centro citadino para descansar en las riberas del río Sacramento, chapotear en sus límpidas y cristalinas aguas, y convivir con la familia bajo la umbra de sus frondosos árboles.
Aquellos años fueron rememorados por el performance desarrollado por los alumnos del Diplomado bajo la dirección de Cynthia E. Aguirre Acosta, coordinadora del Grupo Danzarena, A.C., quienes ofrecieron además un recorrido por el interior de la casona, entre cuyos muros se desenvolvían escenas de época. Con este performance se buscó ir más allá de la creación contemporánea, se buscó trasgreder las etiquetas de lo establecido para cruzar la línea de lo real-imaginario, para que el espectador pueda interpretar el momento creativo que nace, se desarrolla, culmina y fenece en el mismo escenario.