Este recurso hídrico alimentará a 5 presas que se ubicarán en la región serrana de la entidad, cuyo uso está destinado para el abasto de agua potable de comunidades indígenas en su mayoría.
Lo anterior lo dio a conocer el Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado, Javier Garfio Pacheco, quien subrayó dicho logro debido a la situación de extrema aridez que atraviesa el estado, y enfatizó que gracias a esta negociación hecha ante el Comité Hidráulico del Distrito de Riego 075 Rio Fuerte, el proyecto hidrológico planteado por el primer mandatario estatal, César Duarte Jáquez desde el inicio de su gestión, no se verá frenado por las contingencias climáticas.
Informó el funcionario que esta negociación se hizo ante el Comité del Distrito de Riego Río Fuerte, cuyos representantes aprobaron ceder dicho volumen de agua, toda vez que la cuenca se alimenta con el agua que se escurre de Chihuahua.
En total son 5 proyectos de presas las que tienen la posibilidad de alimentarse de la cuenca del Rio Fuerte, que en territorio chihuahuense se convierte en Rio Urique, y son: la presa Rocheachi y Norogachi, en el municipio de Guachochi; Turuachi, en Guadalupe y Calvo; Maguarichi, en el municipio del mismo nombre; y Cahuirare, en el municipio de Bocoyn
Recalcó Garfio Pacheco que el uso de este recurso sería prioritariamente destinado a uso de agua potable, y con la posibilidad de regar 400 hectáreas.
Cabe señalar que actualmente se avanza en los trabajos de la presa Maguarichi que una vez concluida le resolverá el problema de carencia de agua a una población cercana a las tres mil personas. El avance que observa esta obra a la fecha es de un 25 por ciento.
Hay que recordar que en el mes de marzo fue concluida la primera de las 16 presas proyectadas para la presente administración estatal: la presa San Ignacio, ubicada en el municipio de Villa Matamoros, y cuyo uso es para el control de avenidas que históricamente han afectado no solo los sembradíos, sino a la población entera, al provocar inundaciones y demás estragos.
Esta presa tiene una capacidad de 1.71 millones de metros cúbicos (Mm3), y tiene un impacto directo en 1,500 personas habitantes de la cabecera municipal.
Además de controlar las corrientes, la Presa San Ignacio auxiliará los cultivos de temporal en caso de que se presenten sequías, como sucedió en años pasados.
En palabras del titular de la dependencia, Javier Garfio Pacheco, a la construcción de presas se le puede calificar como las “pequeñas grandes obras”, ya que en cuanto a inversión no se habla de cantidades tan elevadas como cuando se refiere a obra carretera o de construcción de infraestructura; sin embargo, los beneficios a la población son enormes y se resuelven problemáticas históricas, como lo es el caso particular de provisión de agua para uso humano.