El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, destacó que los crímenes relacionados con los estupefacientes amenazan los objetivos más importantes del planeta: garantizar un desarrollo global sostenible y luchar contra el hambre y la pobreza.
En declaraciones durante la presentación del documento ante la Asamblea General del organismo global, expresó: “No podemos permitirnos ceder terreno ante quienes se benefician de la anarquía y utilizan a los países como trampolines para suministrar drogas ilegales”.
“Ninguna región, ninguna nación por poderosa que sea, quedará exenta de ello”, comentó el director de la Unodc, Yuri Fedotov. “Las bandas internacionales actúan como empresas globales, mueven miles de millones de dólares y tienen enorme influencia en la política”, apuntó.
Pero también son devastadoras las consecuencias directas por el consumo de drogas y sustancias permitidas. “Cada año mueren 200 mil personas a consecuencia del uso de estupefacientes ilícitos, por alcoholismo 2.3 millones y 5.1 millones por tabaquismo”, subrayó.
A este órgano de la ONU le preocupa el aumento del consumo de drogas en países emergentes, como China. Pekín estima que un millón de chinos usan heroína, y la Unodc calcula la cifra de dependientes a los estupefacientes en 2.4 millones.
También se extiende el consumo por África central y occidental, así como por Afganistán e Irán, naciones que han dejado de ser únicamente productoras. “En muchos países los adictos a la heroína mueren en la calle”, añadió Fedotov.
En Afganistán, el mayor productor de opio, la produción creció 61 por ciento, a 5 mil 800 toneladas en 2011, después de que una plaga destruyó casi la mitad de la cosecha el año anterior, lo cual encareció la droga no sólo en ese país, sino en todo el sureste asiático. En Myanmar el cultivo de opio se incrementó 14 por ciento.
Por otro lado, el informe destaca el auge de las drogas sintéticas, como las anfetaminas o el éxtasis, sobre todo en naciones como Estados Unidos. En estos casos “la tasa de mortalidad es superior a la de la heroína y la cocaína juntas”, explicó Fedotov antes de la presentación del documento.
Aun así, el organismo internacional rechaza el debate sobre la posible legalización de las drogas prohibidas.
La Jornada