Estos Tiempos de crisis global, son tiempos que posibilitan peligrosamente el regreso de la humanidad a una nueva edad de la Oscuridad, una vuelta a la prisión absoluta de las almas y cuerpos.
Esa es la sensación que tenemos, quienes estamos instalados en esta época; que según los pensadores de occidente, viene a ser la era de la posmodernidad.
Tiempos atroces, sin duda, solo veamos que pasa a nuestro derredor, en naciones convulsionadas pon vientos de sufrimiento y crueldad extrema y en países donde alguna vez florecieron culturas – madre de civilizaciones como México, Egipto, Grecia y Japón-, cunas de sabiduría milenaria que las hizo sobresalir en el pasado.
Pero ahora, las naciones-estados, y casi todas las que conforma la tierra, se encuentran amenazadas por su desaparición, y son sacudidas por contradicciones que desnudan la falta de armonía en la que se desarrollan sus sistemas políticos, económicos y sociales.
A unas les afecta la crisis económica financiera.
A otras las crisis políticas
A las menos, las guerras
Y a otras, la violencia provocada por las organizaciones criminales.
Y de manera temporal, algunas son afectadas por fenómenos de la naturaleza.
Si esas crisis se presentasen todas a un tiempo. Y si las naciones se vieran afectadas por todos estos males, qué pasaría con ellas. Desaparecerían, sería su fin y el nuestro como raza humana?
La respuesta seguramente seria afirmativa. Pero que sentido tiene señalar ese destino ominoso, si siguen reproduciendo las causas que les dan origen y no hacemos nada por cambiara ese estado de cosas negativas que las nutre. Busquemos respuestas y posibles soluciones al respecto.
Para ello, en principio cabe preguntarnos, a que se deben estas crisis por las cuales están pasando nuestras naciones, pueblos y vidas?
Empecemos un viaje por la realidad de nuestro tiempo para intentar encontrar las luminosas respuestas a tan graves cuestiones.
Iniciemos ese periplo, y atrevámonos a meditar y bosquejar algunas preguntitas tan simples pero tan evasivas en nuestras vidas.
Empecemos por cuestionarnos sobre:
¿Quién soy?
¿Nosotros, quienes somos?
¿Acaso todos lo humanos somos hermanos?
¿Todos somos Uno?
¿Nuestras cosmovisiones que nos enseñan?
Para bosquejar algunas briznas de luz sobre cuestiones tan complejas y profundas; y sobre las cuales nos da flojera pensar, tendríamos que empezar por preguntarnos sobre otros aspectos de la vida que tiene que ver también con cuestiones no menores, como estas:
¿Qué es lo que quiero?
¿Qué es lo que queremos?
¿Cuál es nuestro Ser?
¿Poseo un alma?
¿Cuale es el sentido de la vida?
¿Por qué prevalecen las conductas autodestructivas en la sociedad de nuestro tiempo, como la avaricia, la ignorancia, el odio y el miedo?
¿De dónde viene tanta avaricia, cual es su fuente?
¿De qué tenemos miedo, de donde viene?
¿Qué es La muerte, a donde vamos cuando morimos?
¿Qué es lo quiero?
¿Dónde termina el infinito?
¿Existe el cielo?
¿Existe el amor?
¿Y el odio porque lo sostenemos?
¿Acaso habrá alguna esperanza de paz para la raza humana?
¿Podremos crear la armonía en nuestras vidas?
Para iniciar este breve periplo cuestionador, deberemos remontarnos y pensar en nuestro pasado.
Iniciemos esa Aventura en búsqueda de las ideas que den, cuando menos aproximaciones de respuesta a las preguntas enunciadas, y con ello tratar de descubrir si todos Nosotros somos hermanos, somos UNO.
Para entender la noción del significado de un Nosotros, para sentirlo; para tomar consciencia de su profundo significado, para vivirlo, buscando darle contenido, y demensionarlo como el sustento de solidaridad. Y no reflexionar ni meditar sobre su sentido, es seguir en la inercia que sostiene la crisis global que azota el mundo, las naciones y los seres humanos. Redimensionar esa palabra, nos pauede dar la clave de una revelacion que no facilmente comprendemos, el de que somos una sola familia: la Humana. De ahi que es necesario ir al encuentro de ese Nosotros; de ese colectivo que todos los humanos conformamos.
De ahi que es necesario iniciar esa búsqueda de lo colectivo. Y ese periplo debera pasar por el recuerdo y la memoria de fuego que las naciones y pueblos han construido en sus cosmovisiones, como esa forma de interpretar lo que fuimos, y de dónde venimos.
Y para ello, en esta saga de comentarios, abordaremos a esa nocion de un Nosotros mediante la exposicion de una cosmovisión, como ejercicio espiritual que nos permita sentir vivo nuestro pasado para entender nuestro presente y curar nuestras heridas ancestrales y contemporaneas, juntando nuestros pensamientos, para entendernos y comprendernos de manera creciente y solidaria.
Por ello, buscaremos ese Nosotros en una cosmovision [puede ser cualesquiera], que nos es más cercana, por ser la base en que nuestros antepasados apoyaron su proceso civilizatorio, y que se desarrolló en lo que ahora comúnmente conocemos como Mesoamérica.
La situacion de crirsi global que padecemos no puede ser remediada. No podremos cambiar esa realidad?
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