Salustio González Delgado, Parralense conocido como: “El abogado de los pobres”

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En 1941, después de haber cursado sus primeros estudios, secundarios y de preparatoria en las ciudades de Chihuahua y Juárez, don Salustio González Delgado ingresó a la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de México, graduándose con todos los honores y con las más altas calificaciones de su generación de abogados, luego de que su señor padre lo presionaba para que siguiera el bachillerato en ciencias biológicas, imponiéndose al final sus grandes deseos de ser abogado.

Debido a ser un excelente estudiante de Derecho, uno de sus maestros le puso el sobrenombre “Cuello Calón”, apellidos éstos de uno de los más grandes penalistas españoles de que se tenga memoria, siendo algunos de sus maestros los catedráticos en Derecho Penal y Civil licenciados González de la Vega y Rojina Villegas.

Desempeñándose satisfactoriamente como juez segundo penal en la ciudad de Chihuahua de 1946 a 1949, por invitación ocupa el cargo de Secretario Municipal de 1950 a 1952 al interior de la autoridad municipal de Parral., posteriormente se dedicó a ejercer plenamente lo que le fascinaba, el litigio.

Sobresaliendo como abogado por más de 52 años, y acompañado siempre por su amada esposa, y reconocido a nivel nacional por su gran desempeño en Derecho Civil, Penal, Laboral y Agrario, dentro de sus muchos logros como profesionista reconocido, organizó no menos de diez sindicatos con toda la serie de problemas que ello implicaba, mencionando algunos como el de trabajadores de la JMAS, vendedores ambulantes, productores industriales de Parral, limpia  del municipio de Parral, etc., así como también fundador de varias Asociaciones Civiles, destacando el Comité del Patrimonio Familiar, siendo por estas actividades considerado un hombre muy preparado, competente, activo, justo, honesto y humanitario que los sucesivos gobiernos de aquel entonces le reconocían como “el líder invisible”. 

Ya refiriéndonos a su vida privada, diremos que tuvo problemas de alcoholismo, lo que le ocasionó serios problemas tanto familiares como profesionales, pero el 7 de noviembre de 1953, ante el féretro de su señora madre, juró no tomar más una sola gota de alcohol, lo cual ha cumplido valientemente hasta la fecha, dejando también de fumar cigarrillos desde 1983, mostrando con ello su férrea voluntad, pese a sus ya cumplidos 88 años y luego de haber sufrido varias intervenciones quirúrgicas y de haber sufrido un accidente grave automovilístico pese a lo cual aún practica el ejercicio de caminar una hora diaria. Lector empedernido, el licenciado Salustio González siempre se ha caracterizado por tener un espíritu de superación personal y por los años 60 fue gran maestro de la logia masónica de Parral. 

Así, nuestro personaje en referencia es un hombre lleno de anécdotas y experiencias que hasta estuvo a punto de morir en sus años de lucha; cuando fue detenido arteramente por el gobierno salvando milagrosamente la vida.

Hombre de charla agradable con amplia cultura; el cual ha dicho en varias ocasiones: “solamente una vez se muere; no hay que morir todos los días de miedo”. En los últimos años ha sido consultado como abogado constantemente por sus colegas y amigos, y él sin egoísmos comparte sus conocimientos y experiencias. Amigo del también líder campesino Alvaro Ríos, con quien formó el ejido Torreón de Cañas en Durango, varias ocasiones fue encarcelado por sus ideas de avanzada, y animoso y reflexivo siempre, suele repetir aquella afortunada frase del emperador Napoleón I: “Es el triunfo lo que hace al gran hombre”. (Datos proporcionados muy amablemente por su amigo el Ing. Guillermo Espinosa Castillo).

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