El primer ministro indio, Manmohan Singh, encabezó los tributos que fluyeron de todo el mundo en diversos campos, desde la música clásica y el pop hasta el cine y la política. “Con Pandit Ravi Shankar se ha ido una era. La nación se une conmigo para rendir homenaje a este genio insuperable, a su arte y su humildad –comentó Singh–. Era un tesoro nacional y embajador global de la herencia cultural de India.”

La familia del tres veces ganador del Grammy y receptor del mayor honor civil de su país, el Bharat Ratna, indicó que se había sometido a una cirugía el jueves pasado para repararle una válvula en el corazón. Su salud había sido frágil durante años y en su concierto final, el mes pasado, ante un pequeño auditorio en una universidad de Long Beach, había tenido que llevar máscara de oxígeno.

Falleció la noche del martes, rodeado de sus familiares. “Aunque es momento de dolor y tristeza, también es hora de dar gracias de haber podido tenerlo como parte de nuestra vida –declaró su familia en un comunicado–. Vivirá para siempre en nuestros corazones y en su música.” La familia comentó que si bien la operación salió bien, el trauma de la recuperación fue demasiado para el músico, cada vez más frágil.

La noche anterior a la cirugía fue nominado a otro Grammy, esta vez por su álbum más reciente, The Living Room Sessions, Part 1

 

La Jornada

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