De sumo interés resultó la presentación del libro “Los Rifleros de San Andrés”, que publicara el joven historiador Reidezel Mendoza, al sacar a la luz pública aspectos y personajes hasta ahora desconocidos del periodo pre-revolucionario, cuando Doroteo Arango era aún un bandolero. Con la presencia de la señora Rosa María Soto, nieta de don Eleuterio Soto, así como de don Mario Reza Fuentes, nieto de don Claro Reza, lo que fuera una presentación de libro se convirtió en una verdadera cátedra de historia de la Revolución Mexicana, donde los personajes principales fueron aquellos hombres que fueron los primeros en levantarse en armas, quienes fallecieron prontamente en manos de las tropas federales, cuando Francisco Villa era todavía un bandolero de nombre Doroteo Arango, que se hacía acompañar en sus correrías de personas como don Eleuterio Soto.

 

Esta fue una presentación de Gobierno del Estado de Chihuahua y su Programa Chihuahua Vive en la Cultura, la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte, el Instituto Chihuahuense de la Cultura, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Programa Editorial de Gobierno del Estado. Reidezel Mendoza, José de la O, Gilberto Giménez.“Los Rifleros de San Andrés” es una investigación de campo, cuyos presentadores fueron los historiadores provenientes del estado de Durango, José de la O Holguín y Gilberto Jiménez Carrillo.

 

Desde aquellos años, mucho antes de que estallara el movimiento armado, el rencor acumulado por las injusticias cometidas dentro del viejo régimen provocaron que un grupo de destacadas autoridades del pueblo de San Andrés, empezando por jueces, comerciantes y hacendados, no sólo los peones de hacienda o los mineros, al verse objeto de vejaciones, decidieran unirse a la lucha armada para defender sus tierras que se vieron afectadas.  Historiador José de la O Holguín“Francisco Villa es sólo un pretexto para esta publicación”, afirmó Reidezel Mendoza, quien realizó una investigación de campo en el estado de Durango, donde estudió archivos históricos, pubilcaciones de periódicos de la época y entrevistó a descendientes directos de los primeros que deciden iniciar la lucha armada. “Batalló pero ¡nos encontró!”, afirmó satisfecha doña Rosa María Soto, nieta de don Eleuterio Soto, quien acompañara a Doroteo Arango en sus épocas de bandolero.Para Reidezel Mendoza es muy importante visitar y conocer el sitio geográfico donde se desarrollaron los hechos históricos, ya fueran ejercicios militares, batallas o incluso asesinato de personajes, como lo fue don Claro Reza, quien fuera primero compañero de correrías de Doroteo Arango, luego nombrado Capitán de Rurales, hecho acontecido en la esquina de las calles 22 y Zarco, frente a la dulcería “Las dieciséis letras”.

 

En su libro se menciona que este sólo hecho influyó grandemente en muchas personas de su tiempo, quienes al presenciar el artero crimen tomaron decisiones personales en su vida que desencadenarían eventos sociales a futuro.

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