“Usar mi cuerpo es una manera de subvertir el orden que se le ha dado a las mujeres en el mundo del arte y la cultura; las mujeres nos volvemos como el objeto a interpretar. La historia, los museos y los libros de arte están llenos de mujeres, pero interpretadas, no de mujeres que se toman a sí mismas para crear y decir cosas.
“En mi obra revierto un poco eso y entro a esos ámbitos que están vedados para las mujeres, o que si se entra, se hace de forma callada e interpretable; pocas veces sabemos qué piensa la modelo de un artista, no sabes quién es”, explica durante la entrevista en la redacción de La Jornada, a propósito de su exposición Presencia ausente, recientemente inaugurada en la galería Xespacio de Arte, de la colonia Condesa.
“Me dibujo, me diluyo”
Yamina del Real estudió en el Centro de Educación Artística (Cedart-INBA); egresó como socióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México y realizó una especialidad en sexualidad clínica. Ahora se retrata a sí misma.
“No quiero que haya un hombre que me traduzca, sino ser yo la intérprete de mi propio cuerpo; soy mi propia firma.
“En esta exposición muestro una celebración de la vida y de los actos amorosos cotidianos, para poner el ojo en lo extraordinario de lo cotidiano, como si yo invadiera el espacio de la gente que es importante en mi vida”, afirma al tiempo en que muestra las imágenes donde, en forma espectral/fantasmal, visita/irrumpe en las rutinas de amigos y familiares, y que han pertrubado a más de uno, al grado de que hace unos días han pedido que se retiren de Facebook.
“Hice las fotos sin ayuda de Photoshop, con exposiciones largas, donde me dibujo, me transparento, me diluyo con el movimiento; mis modelos tenían que permanecer quietos varios segundos. Hice muchas fotos de cada sesión; es todo un proyecto que termina en la foto, pero en realidad se basa en todo el proceso. Construyo todo, desde la escenografía hasta revisar que sirva el disparador de la cámara; no utilizo asistentes, porque a veces hago cosas que pueden parecerles ridículas”.
Específicamente en Presencia ausente, comenta Yamina, “el año pasado pasé por una situación de salud complicada. Cuando estuve enferma me sostuvo el amor de mi familia y de mis amigos, y el deseo. Pensé que si no la hubiese librado segurito los estaría visitando, ya fuera en sus pensamientos o en espíritu (si existieran los fantasmas). Entonces, se me ocurrió hacer una serie de fotos donde visito a mis amigos en sus casas, y aparezco como una presencia ausente, como fantasma.
“Para mí, la cuestión de trabajar con mi cuerpo es poderme transformar en todas las mujeres, en todos sus problemas: la represión sexual, la opresión laboral, las asesinadas, la violencia que se ejerce sobre ellas, el derecho al deseo propio, al derecho a decidir cómo quieres que esté y sea tu cuerpo, porque es una entidad que no debe ser permutable, y cuando una mujer se adueña de su cuerpo se vuelve un acto muy subversivo.
“Sin querer sé que subvierto ciertos órdenes, porque, por ejemplo cuando los fotógrafos me piden que modele para ellos y les digo que no, y luego aparezco desnuda en mis propias fotos y las ven, se sienten con el derecho de abordarme sexualmente, porque (piensan) que expuse mi cuerpo porque los quiero provocar, y no es así.
“En esta exposición muestro una celebración de la vida y de los actos amorosos cotidianos”, comentó la artista en entrevista. Arriba, dos ejemplos de la obra de Yamina del Real
“Me adueño de mi cuerpo, como todas las mujeres deberían adueñarse del suyo. Hace un tiempo me decían que si me molestaba que los hombres se masturbearan viendo mis fotos o ue tuvieran pensamientos pecaminosos… ese es su problema no mío.
“Para mí, la fotografía es comunicación, arte y reflexión, no me interesa el objeto foto donde me vea bien o me sirva como terapia. Busco que el espectador se refleje, se vea a él mismo y se meta en un punto de reflexión e inflexión sobre quién es y qué es lo que está haciendo. Además, la fotografía tiene esa cosa grandiosa de que el público las ve y el vidrio que la cubre refleja al espectador. Para mí la obra está inconclusa si no se tiene un espectador”.
La también maestra en sexología clínica, precisó: “En Presencia ausente me desdoblo y hago una reflexión sobre la vida y las enfermedades, y cuando me miro enferma o miro mi sexualidad o los temas que abordo en las fotografías, siempre me pienso como los otros y las otras, me pienso con una mirada del otro; me enajeno, me alejo de mi misma. Este trabajo no sería tan profundo si tratara de hacerlo con un fin terapéutico, eso sería algo muy personal; por eso, atravesar por una enfermedad grave, abordar las cuestiones de género, de libertad, de asumir que tengo un cuerpo y decidir que sea mi firma son cuestiones que abordo yo, pero espero que la tomen todas las mujeres”.
“Este es mi cuerpo, el origen de la vida”
Una de las imágenes que integran esta muestra es una reinterpretación del cuadro de Gustave Courbet, El origen del mundo: un autorretrato que estará a la venta, como todas las demás, en dicha exposición, así lo explica.
“Desde mi exposición anterior supe que era un riesgo total asumir esa pieza. Fue muy difícil incluirla en ciertos lugares, porque les parece muy violenta, porque es el cuerpo totalmente abierto y la vulva expuesta; a veces eso se interpreta como una provocación al deseo y no como una subversión a esa mirada del deseo.
“Es decir: ‘esta soy yo, este es mi cuerpo y este es el origen de la vida, de las guerras, el origen de muchas cosas, hasta el origen de la violencia’, porque ese cuerpo femenino confiscado por los otros se vuelve el origen de la violencia también. En ciertas sociedades se da el honor de las familias, de los hombres; o sea, sobre las mujeres es donde va el honor masculino, que es el que se debe defender.
“Se nos ha endilgado la idea del amor y la felicidad de manera simplona; por ejemplo, la felicidad entre los artistas está mal vista, el artista debe estar atormentado. Claro que el artista debe de expresarse sobre un montón de tormentas, pero deben hablar de un punto consciente y reflexivo. Nos han alienado tanto, nos han llevado tanto a la tristeza, que la hemos asumido. Las personas tristes, las personas enojadas no pueden hacer un movimiento revolucionario que funcione”.
Presencia ausente se exhibe en la galería Xespacio de Arte (avenida México 99. PH-E, colonia Condesa). La muestra permanecerá hasta el primero de marzo. Habrá venta de obra. Más información en el teléfono 5211-8671 y en contacto@xespaciodearte.com