Posada “acabó siendo considerado uno de los grandes artistas de México y uno de los iconos de la historia del arte mexicano. Fue un tipo que trabajó a nivel del bajo pueblo de México, al nivel que llamaban la prole, la runfla, el peladaje, y su obra es de una calidad extraordinaria, tanto que lo ha hecho uno de los clásicos de México.
“Es uno de los artistas más queridos del país. Estoy convencido de que la Catrina es, después de la Guadalupana, el segundo icono más importante de la nación. Y, sus calaveras nos identifican en todo el mundo. Posada es apasionante como artista y como fenómeno de la historia del arte”, aseguró Barajas en rueda de prensa celebrada hoy, acompañado por Henoc de Santiago, nuevo director del Estanquillo, y Beatriz Sánchez, sobrina de Monsiváis.
La exhibición se divide en “dos tiempos”, el primero, “una crónica de lo que fue la trayectoria periodística de Posada. Tratamos de dar un panorama de la evolución de su trabajo artístico y su posición política desde que se inicia en la prensa en El Jicote en los años 70 del siglo XIX, hasta sus últimas caricaturas publicadas en Gil Blas”, explicó El Fisgón.
Se cuenta con lo que “posiblemente sea la última caricatura de Posada publicada post mortem” en La metralla.
En el segundo nivel del museo se ofrece “otra lectura de su trabajo: el Posada cronista. Varias piezas que hablan del “redescubrimiento” del grabador se encuentran en el tapanco. Se muestra cómo lo han abordado autores “más contemporáneos” como Ramón Alva de la Canal y Francisco Toledo.
La Jornada