El libro “Programa de mano” del joven escritor Luis Antonio Zamora fue presentado este miércoles 22 de junio en el Museo “Casa de Juárez”, a donde acudieron maestros y alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, siendo sus presentadores Emily Celeste Vázquez y el Prof. César Sotelo.
Esta fue una presentación de Gobierno del Estado de Chihuahua y su Programa Chihuahua Vive en la Cultura, a través de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte, el Instituto Chihuahuense de la Cultura y su Programa de Publicaciones, en coordinación con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Esta obra contiene cuatro cuentos desarrollados con un lenguaje culto, cuya aportación radica en “escribir música con letras”. Esto lo explicó la señorita Emily Celeste Vázquez durante su presentación: “Las historias que componen esta obra dejan al descubierto que el mundo, para su autor, es una gran pieza musical en la que cada ser participa obedeciendo un ritmo que es determinado por el director de esta orquesta gigante; y que el autor-narrador expone, porque sus personajes, los seres verdaderos que lo han rodeado y aquellos que han nacido de sus oídos, así lo exigen”.
“Luis Antonio suma su conocimiento musical a su experiencia poética y el resultado lo adhiere a su inevitable vicio de contar historias, de todo ello resultan líneas cadenciosas, historias provistas de ritmos originales y claros, ávidas poseedoras de una musicalidad buscada y generada de forma inevitable por quien ha encontrado en las metáforas, la mejor manera de hacer que sus dos grandes pasiones armonicen: la literatura y la música”.
“Los protagonistas primarios en la obra son la música y la poesía, que por casualidad se encuentran y se aman. El autor personifica a sus dos grandes amores, los dota de forma y de vida en su primera historia y consigue mediante sus letras y la descripción pasional que de ellos realiza, que así como a él lo han conquistado y seducido, conquisten y seduzcan a quien los encuentre en éste y en los demás relatos. Luis convierte a sus páginas en lugares coloridos y dispuestos para la realización plena de tal amor indisoluble”.
“El texto literario persigue un fin estético, que debe cumplir con el destino de provocar, de impactar, de mover y conmover al lector. Son muchos los recursos de los que el genio creador puede valerse para que sus historias cumplan cabalmente con el objetivo sublime y sublimador que les ha sido conferido. Indudablemente, generar empatía entre el texto y el lector es uno de los objetivos para que se quede grabado en la memoria de ése que lee. Para conseguirlo, basta con que el autor tenga la sensibilidad a flor de piel, y que de ella le venga la capacidad de mostrar un momento atemporal en donde el lector se recuerde y encuentre”.