“DESDE CUALQUIER ÁNGULO EN EL ENTORNO” se adhiere a los conceptos de toda la vida sobre estos particulares; definir la política, inclina a citar al pensador español Ortega y Gasset que sostiene: “política es tener una idea clara de lo que se debe hacer desde el Estado (con mayúscula, forma de organización social económica, situacional, soberana y dominadora hacia el desarrollo; autoridad y potestad para establecer normas que regulan una sociedad) de una nación”; es orientación del destino de los hombres con esperanza y fe para transformar el presente. (Parafraseando al filósofo de Güémez: “los políticos, unos tiran a salir y otros salen a tirar”; “en política no entras, te meten, no sales, te sacan”). La ideología, cual concepto plural, se entiende como un proceso de producción popular que tiene apreciaciones sobre códigos y valores que se transcriben como ideas por las que se lucha y aún, se muere; tiene que ver con la unidad, la totalidad y racionalidad del conocimiento, es decir, la ciencia de las ideas de verdades o de mentiras relativas compartidas. En cambio, utopía posee varias acepciones, desde quimera hasta alucinación, desde ideal hasta fantasía, desde ilusión hasta sueño. Así, entonces, topia es ideología y utópico, un supuesto, hipotético (dudoso, incierto, problemático).
Definiciones al fin y al cabo; la política surge ante los conflictos, pero donde éstos aparecen, hay ideologías que prevalecen en el diferir de las interpretaciones y los ‘asegúnes’, y así hablamos de partidos políticos de izquierda, de derecha y de centro, con variantes diversas de moderación de grupos hacia el interior de los mismos que atañen diferentes tópicos y hablamos también de organizaciones sociales y económicas para diferenciarlas de las políticas, pero que se mueven igual, a través de estructuras y de reglamentaciones estatutarias, según ideologías y sueños (utopías)…
Se coincide en el entendido de que política e ideología se conjuntan para dar dirección, sentido y ejercicio del poder para intentar conseguir lo imposible (utopía) una y otra vez…Las creencias de una persona son formativas en la lucha por obtener, conservar o recuperar el poder político y la riqueza económica, es, a la par, una lucha ideológica, basada en el conocimiento de la naturaleza (ciencia, filosofía), del hombre (creencias, dogmas o mitos, religiosos o no) y de la sociedad (salud, educación, empleo, vivienda, seguridad, impuestos; servicios; derechos y obligaciones).
Se connota, entonces, también de toda la vida: monarquía (ligada a imperio) y anarquía (desgobierno, ilegalidad). Existen, por tanto, los conservadores (guardianes, cautelosos), los liberales (generosos, dadivosos) y los moderados (contenidos, reprimidos). Y cada parte conforme a su política, a su ideología y a su utopía, de su razón de ser como origen de los desequilibrios sociales, económicos y políticos de México: conservadora (burguesa), tradicionalista (asalariada o desempleada) y clerical (laicista) que se juegan invariablemente política, ideológica, utópicamente en la democracia.
La soberanía popular mexicana se expresa en la Independencia, la República, el Federalismo, el Laicismo y la Constitución, y su ideología “es una mezcla de razón y de algo que se llama ‘fe’, ante la ausencia de conocimiento; no hay política sin esperanza y fe, que son parte esencial de nuestra ideología utópica…”