Durante su participación en el Foro Mundial de Negocios organizado por la Escuela de Graduados en Administración de Empresas del Tecnológico de Monterrey, Krugman sostuvo que como México ha diversificado exportaciones para no depender sólo del petróleo y el turismo, y además mantiene un tipo de cambio flexible y un aceptable manejo presupuestal, ha logrado enfrentar la crisis mejor que países europeos o el mismo Estados Unidos.
Mencionó que en 1986, cuando comenzaron las reformas económicas, se afirmaba que México tendría éxito al diversificar la economía, se transformaría en un gran exportador de manufacturas, terminaría el ciclo de crisis de deuda, controlaría la inflación y alcanzaría un crecimiento vigoroso a largo plazo. “Que sería como Corea del Sur, pero no hemos visto ese desempeño”, destacó.
Citó situaciones que sería necesario alcanzar para tener una visión más optimista sobre el futuro nacional. “Si yo viera señales claras de que el problema del crimen organizado se estuviera conteniendo o replegando, eso sería una fuente muy importante de optimismo, porque se eliminaría esa nube negra que se cierne sobre México”, comentó.
Igualmente, expresó el profesor de la Universidad de Princeton, el panorama sería más alentador para el país si hubiera mejoras sustanciales en la educación básica, porque su deficiencia afecta el crecimiento económico al demorarlo entre 15 y 20 años.
Durante la sesión de preguntas, Krugman sostuvo que hay que tener cuidado cuando se afirma que con reformas estructurales se puede lograr un crecimiento hasta de 8 por ciento. Las reformas estructurales se justifican siempre que existan ciertas rigideces importantes en los mercados, “pero hay que tener cierto escepticismo al sostener que un conjunto de reformas puede lograr milagros”, advirtió.
Si nos remontamos a principios de los 90, en el Consenso de Washington había muchas afirmaciones de que si se lograba liberalizar el comercio se agregarían dos puntos del PIB a la tasa de crecimiento, según pregonaba el Banco Mundial.
“De hecho, México abrió su economía y no he visto ese incremento tan grande. Eso fue erróneo; entonces, no hay que seguir con el supuesto de que cierto tipo de reformas garantizará el crecimiento”, aclaró el académico.
Dijo que si se ve cómo les ha ido a algunos países, “creo que debemos poner menos énfasis en las reformas estructurales y más en educación, que da crecimiento a más largo plazo”.
El Nobel de Economía 2008 recordó que uno de sus principales motivos para visitar México hace 30 años era estudiar las recurrentes crisis económicas; era uno de los países claves para visitar junto con Argentina, “pero hoy ya no es cierto, porque, aunque tiene sus problemas, ahora me basta subir al metro de Nueva York y estoy en el corazón de la crisis”, afirmó.
Sobre las expectativas económicas, señaló: “Soy ligeramente optimista respecto a Estados Unidos y sustancialmente optimista respecto a Latinoamérica; sólo espero que los europeos, mientras explotan, no nos revienten a los demás; si va a ser malo para ellos, esperemos que por lo menos sea relativamente contenido”.
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