La creación de orquestas juveniles, lo más relevante en el ámbito musical este 2013

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Se trata de un proyecto del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), por conducto del Sistema Nacional de Fomento Musical y la Dirección General de Culturas Populares, que tiene como finalidad emplear a la cultura, en específico a la música, como herramienta de recuperación y transformación sociales.

Fue presentado de manera oficial el pasado 26 de noviembre con un multitudinario concierto en el Auditorio Nacional, en el que participaron 500 niños y jóvenes de diversas agrupaciones de distintos sitios de la República.

Éste es un programa inspirado y adaptado del multilaureado internacionalmente Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles de Venezuela, y sus antecedentes en nuestro país son ya algo añejos. Éstos se remontan a la década de los 70 del siglo pasado, con la participación de Carlos Chávez y Eduardo Mata.

Fue este último músico, ya fallecido, quien propuso en México la creación de orquestas y coros juveniles desde 1989 y se desarrolló con una metodología que implicaba la creación de una pirámide, en cuya base está la recolección de talentos y la formación hasta llegar a la cúspide, con una orquesta como el gran semillero.

Contrarrestar la delincuencia

El Movimiento Nacional de Agrupaciones Comunitarias forma parte de la estrategia del actual gobierno federal para “combatir y prevenir la violencia y la desigualdad social en el país, mediante la integración de agrupaciones musicales comunitarias infantiles y juveniles en diferentes puntos de la República, especialmente en zonas marginadas”.

Hasta abril pasado, existían 13 agrupaciones comunitarias, a las cuales durante los meses subsecuentes se han ido sumando cada vez más para, a la fecha, alcanzar más de un centenar. En ellas colaboran 300 maestros y participan alrededor de 10 mil niños y jóvenes, según información del propio sistema.

Otros de los hechos que despertaron el interés público este año, y cuya atención y expectativa se acentuarán sin duda en 2014, es el cambio instrumentado en la estructura y la dinámica de la Compañía Nacional de Ópera, dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

En abril se anunció que la agrupación cambiaba su nombre por el de la Ópera de Bellas Artes y que su director artístico sería el tenor Ramón Vargas, cargo que ocupa hasta la fecha y que alterna con su carrera artística en el extranjero.

Uno de los principales puntos de esta iniciativa ha sido la creación del Estudio de Ópera de Bellas Artes, a cargo del propio Vargas, cuya finalidad consiste en organizar los esfuerzos que se hacen por elevar la calidad de este género en México y contribuir a la formación de nuevos valores y voces.

La transformación implica, asimismo, la creación de un nuevo repertorio, abrir las oportunidades para que cantantes nacionales tengan acceso a los elencos y que el arte operístico no quede concentrado de forma exclusiva en la capital de la República.

El propósito consiste en extenderlo por el país, donde existen 33 teatros y lugares con la infraestructura mínima para presentar propuestas de este género.

También dentro del terreno de la ópera, los esfuerzos de otras instituciones públicas y agrupaciones e iniciativas independientes se mantuvieron de manera quijotesca a lo largo de este año.

En el primer caso, destaca lo hecho por el Instituto Politécnico Nacional con sus adaptaciones de algunos de los grandes títulos del repertorio a la realidad nacional, como fue el caso la Aída politécnica, montaje basado en el original de Verdi, presentado en noviembre.

Mientras que de entre las iniciativas independientes cabe recordar lo hecho por un grupo de 50 jóvenes cantantes, instrumentistas, creadores escénicos y productores, integrados en la compañía L’arte della perla, especializada en repertorio barroco, que en mayo ofreció en una escuela privada de la ciudad de México dos funciones de Rinaldo, de Georg Friedrich Häendel.

La celebración del año Verdi y Wagner, en tanto, pasó sin pena ni gloria en México. La recientemente estrenada Ópera de Bellas Artes conmemoró las respectivas efemérides con la puesta en escena de sendos montajes.

Para festejar a Giussepe Verdi, en junio presentó una nueva producción de El trovador, concebida en principio para ser protagonizada por Ramón Vargas, quien debió cancelar de último momento por una intervención quirúrgica en su rodilla izquierda.

El festejo de Richard Wagner fue en octubre y consistió en el estreno de El holandés errante, en coproducción con el Festival Internacional Cervantino, en cuyos escenarios fue posible ver ese título, además del Palacio de Bellas Artes,

Las celebraciones del creador italiano y el alemán incluyeron asimismo un ciclo de actividades dentro del propio cervantino, durante octubre en Guanajuato.

Como parte de ellas, lo mismo el tenor mexicano Arturo Chacón y la soprano italiana Barbara Frittoli ofrecieron sendas galas con algunas de las arias más famosas de ambos compositoresa, además hubo recitales de piano, un ciclo de películas y una confrontación académica entre especialistas en la obra de dichos músicos.

Las principales agrupaciones sinfónicas del país no fueron ajenas a las celebraciones y en sus respectivas temporadas incluyeron partituras de ambos autores, como fue el caso de la Sinfónica Nacional y las filarmónicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Ciudad de México.

A las anteriores se suma lo hecho al respecto por la Orquesta Sinfónica de Minería, que este 2013 celebró su 35 aniversario. Para empezar los festejos, ofreció en enero dos magnos conciertos en el Auditorio Nacional, si bien el plato fuerte fue durante su tradicional temporada de verano.

Durante ella realizó homenajes a diversos compositores por sus respectivas efemérides, como fue a Witold Lutoslawski por su centenario y a Paul Hindemith por su cincuentenario luctuoso, además de Verdi y Wagner.

Aniversarios

Otros de los festejos relevantes que tuvieron lugar en el transcurso de estos 12 meses fueron el centenario del estreno de La consagración de la primavera, partitura tutelar en la historia de la música, debida a Igor Stravinsky.

Y en ámbitos más locales destacan los respectivos 70 cumpleaños de dos de los compositores y docentes mexicanos vivos más importantes: Mario Lavista y Julio Estrada, el primero el 3 de abril, y el segundo el 10 de ese mes.

Dichos onomásticos fueron celebrados con conciertos, mesas redondas, programas de radio y diversos homenajes por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Festival Internacional Cervantino.

En el caso de Mario Lavista, este cumpleaños cerró con broche de oro, luego de que el pasado 22 de noviembre le fue conferido en España el 12 Premio SGAE de la Música Iberoamericana Tomás Luis de Victoria.

Entre los decesos ocurridos este año en el mundo de la música de concierto mexicana se encuentran el de la reconocida pianista y docente María Teresa Rodríguez, quien fue amiga y colaboradora de Carlos Chávez, acaecido el 4 de septiembre a los 90 años, y el 24 de octubre ocurrió el del compositor y director de orquesta Héctor Quintanar, a los 77 años.

Finalmente, mientras el Coro del Teatro de Bellas Artes cumplió en 2013 75 años, otras agrupaciones artísticas institucionales, como la Sinfónica Nacional o la Orquesta de Cámara de Bellas Artes dieron la nota este año más por sus problemas de índole administrativo y laboral, los cuales se reflejaron en actos de protesta y cancelaciones de ensayos, que por su alto nivel o actuaciones memorables.

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