El cerebro humano tiene alrededor de 100.000 millones de neuronas y puede almacenar unos 2,5 petabytes de información, recoge el portal Popular Science.
Además, los científicos saben desde hace décadas que los recuerdos no son de fiar, pues son especialmente ‘adaptables’ cuando se registran de manera vívida, ya que en ese momento se generan fuera de un estado molecular estable.
Científicos de la Universidad de Washington publicaron un estudio reciente en el que voluntarios adultos completaron una encuesta sobre sus hábitos de comida y de bebida antes de los 16 años. Una semana más tarde, se les entregó un análisis personalizado sobre sus respuestas, que establecía, falsamente, que en su adolescencia enfermaron por culpa del ron o el vodka. Uno de cada cinco voluntarios no solo no se percató de la mentira, sino que también memorizó esos falsos recuerdos y mostró rechazo o mucha menor atracción por esas bebidas.
Existen compuestos químicos que se pueden utilizar para moldear o incluso eliminar los recuerdos
Según los expertos, estudios como estos apuntan a posibles tratamientos para los problemas de salud mental. Trastornos como las adicciones y o el trastorno de estrés postraumático dependen de recuerdos que pueden desencadenar comportamientos problemáticos, como el miedo paralizante causado por ruidos fuertes o el deseo provocado por la visión de lo relacionado con las drogas.
Asimismo, varios estudios documentan ahora que “existen compuestos químicos que se pueden utilizar para moldear o incluso eliminar los recuerdos”. Tal es el caso de la latrunculina A, que puede borrar los recuerdos días después de que el cerebro los registre. La latrunculina A tiene la capacidad de “estropear el andamiaje que soporta las conexiones entre las neuronas”.
De momento, esos compuestos químicos pueden usarse para someter o incluso borrar los recuerdos en ratones, aunque tal vez algún día no muy lejano también se puedan aplicar a las personas, apuntan los expertos. actualidad.rt.com