La banda Céu na Terra (Cielo en la Tierra) fue una de las más madrugadoras y ha salido por el barrio de Santa Teresa con los primeros rayos de sol, para empalmar con las fiestas que habían comenzado la noche del viernes.
Esta tradicional comparsa nunca avisa del horario de su desfile para evitar aglomeraciones excesivas en las callejuelas estrechas, empedradas e inclinadas de este barrio bohemio, considerado como un reducto de artistas en el corazón de Río de Janeiro.
Este año ha sorprendido lo madrugador de la banda, que comenzó la fiesta algo antes de las siete de la mañana (9:00 GMT), horario en el que ya se congregaban a su alrededor miles de personas disfrazadas, para disfrutar con las canciones más alegres y tradicionales del carnaval carioca.
Tres horas después del inicio de la fiesta, todavía había cientos de personas disfrazadas escalando las abruptas laderas del barrio para unirse a esta fiesta.
Piratas, pitufos, payasos, novias, trogloditas, bailarinas árabes y “amy winehouses” daban colorido al desfile, donde tampoco faltaban pistolas de agua, cerveza y tubos de caipirinha congelada para amenizar el calor.
Hasta el año pasado la orquesta del Céu na Terra salía tradicionalmente abordo de uno de los centenarios tranvías amarillos que circulaban por el barrio de Santa Teresa hasta que su servicio fue suspendido el pasado agosto por un grave accidente con seis muertos y cerca de 50 heridos.
La banda homenajeó hoy al tranvía, que era un icono del barrio y uno de los atractivos turísticos de Río, al desfilar con una réplica de cartón, pintado con el mismo color amarillo y decorado con corazones y flores.
Coincidiendo con el final de este desfile, en el centro de Río se aguardaba el inicio de la fiesta de la banda Cordão da Bola Preta, al que se espera la asistencia de cerca de dos millones de personas.
Milenio.com