Se considera comúnmente que los mitos son mentiras, fabulas, invenciones, ilusiones o en casos extremos, como alucinaciones.
La ciencia lo considera un pensamiento primitivo, propio de los pueblos aborígenes del mundo, no lo estiman como un sistema adecuado para explicar los fenómenos naturales.
No obstante ello algunos pensadores de primer nivel como Carl Jung, Joseph Campbell y Robert A. Johnson, por citar algunos, han puesto en serios predicamentos el pensamiento moderno, al demostrar que los mitos reflejan; revelan procesos psicológicos y espirituales a través de los cuales se explican hechos y fenómenos de la naturaleza que no desmerecen de las teorías racionalistas.
Jung sostiene que los mitos son manifestaciones inconscientes y espontáneas de la vida espiritual de la humanidad, al señalar que “el mito es el sueño colectivo de un pueblo en un cierto momento de sus historia”.
En ese mismo sentido sostiene Robert A. Johnson que “Es como si toda la población soñara junta y ese sueño: el mito, irrumpiera en su poesía, canciones y narraciones. Pero el mito no solo vive en la literatura y la imaginación. Sino que inmediatamente se abre camino en el comportamiento y las actitudes de la cultura y en la práctica cotidiana de las personas”.
Podemos decir, siguiendo a los especialistas Sam Keen y Anne Valley-Fox que el mito inspira la vida de los seres humanos, mediante el “entrelazamiento de historias, rituales, ceremonias y costumbres que dan forma y brindan un sentido fundante a la persona, la familia, la comunidad o la cultura”.
Cabe destacar como ejemplo vivo de un mito cultural de toda una nación, aquel existente en la India donde todos comparten el sentido sagrado que tienen las vacas, en tanto que son objeto de culto popular.
Y ciertamente, naciones como la griega tuvieron en sus panteones de héroes o dioses y semi dioses algunos dignos de ser recordados y de celebración como Ulises. Mientras que por otro lado diversos pueblos y naciones construyen visiones que exponen al escarnio público, por cierto muy merecido, de algunos villanos de fama universal como Judas Iscariote o los nazis, entre otros.
Por otra parte, algunos especialistas señalan que los mitos “proporcionan un retrato del mundo y un conjunto de historias que explican por qué las cosas son como son. Crea consenso, santifica el orden social y brinda al individuo un mapa autorizado de los caminos de la vida”.
Así mismo, cabe señalar, que la mitología ha incrementado su popularidad en la actualidad, dado que el mito del desarrollo y el progreso sostenido mediante el industrialismo, está en plena decadencia y ha perdido operatividad, en tanto que ha producido la crisis ecológica que padecemos a nivel mundial.
Y ello hace necesario el diseño de bases filosóficas que conlleven a un cambio de paradigma cultural; de alguna manera podemos observarlo en las reflexiones de personajes referentes de una nueva era en gestación, en donde hacen observaciones en el sentido de que las personas y las comunidades a nivel planetario, buscan e intentan construir – a menudo inconscientemente – de manera frenética nuevas historias y pensamientos que den sentido a sus vidas.
En lo particular compartimos esa visión, percibimos que subyace actualmente una necesidad de un nuevo concepto de la historia que impulse la unión de las tradiciones más profundas de los pueblos con el mundo de la naturaleza, basados en la interconexión de todos los sistemas vivientes.
Mediante el mito se propician razonamientos que ponen al descubierto las raíces más intimas del pensamiento.
Si revisamos la evolución del conocimiento, encontraremos que en las culturas de la antigüedad, como la Egipcia, la Helenica, la Persa, la Hindu, la China, la Tolteca, la Maya, la Inca, por mencionar algunas, utilizaban los mitos para explicar los temas trascendentes.
Y ya veremos de manera especial que nuestras tradiciones antiguas también se apoyaron en ellos.
Por otra parte, es de señalar que los mitos fundacionales están basados en hechos verdaderos, solo que se expone mediante alegorías que los ocultan por razones operativas muy diversas.
Y es en estos casos, cuando al analizan los mitos, fundamentalmente tratándose de mitos cosmológicos, se pueden observar contraposiciones entre la ciencia y la mitología, sin embargo estimamos que es necesario recuperar la visión que proporciona el pensamiento mitológico, para explicar lo que fuimos, y obtener mayores grados de comprensión sobre lo que actualmente somos como nación muticultural.