Como se recordará, una de las primeras acciones del nuevo Gobierno de Enrique Peña Nieto, ha sido la creación del Pacto por México, integrado por las principales fuerzas políticas representadas en las cámaras, y que a diferencia de otros acuerdos, en este sí se plantearon propuestas concretas, con tiempos y formas de acción.
La Reforma laboral era una exigencia que demandada por los empresarios, constituía el coto de poder de los líderes sindicales, porque a partir de las cuotas de sus agremiados, la opacidad establecida como derecho y la discrecionalidad en el manejo de los recursos, les permitía ejercer una impunidad total, que no tenía limites aún en el exterior de sus propias esferas de influencia; el arresto policiaco y posterior ingreso a la cárcel de la maestra Elba Esther Gordillo, ha generado una gran expectación en la ciudadanía, porque al margen de las acciones de tipo legal, se ha considerado como una prueba indudable de que la lucha en contra de la impunidad, en lo que se refiere a las canonjías y privilegios, parece haber llegado a su fin.
La reforma educativa plantea un cambio radical en la forma de diseñar y operar la política de la educación pública en el país; el tener un registro de cuántos maestros trabajan en México y cuántas escuelas reciben a nuestros hijos y en qué condiciones y sobre todo la capacidad con la que cuentan los maestros que se paran frente al grupo donde sus hijos y los propios, reciben su educación, es apenas el inicio de lo que nos espera.
La inclusión de la cláusula de evaluación para conocer la capacidad de los maestros, como requisito para permanecer en activo, y ahora la demanda de los Estados para que en las negociaciones de aumento salarial y de prestaciones, se puedan llevar a cabo en una sola negociación y no como hasta ahora, en donde con la Federación se tratan aumentos de salarios y en los Estados otros incrementos en prestaciones, se está planteando que se termine porque reduce la capacidad de los gobiernos para responder a otras demandas con mayor prioridad.
Más recientemente, se presentó la reforma en telecomunicaciones, en donde en forma clara se interpreta que se busca terminar con los monopolios que habían establecido las principales televisoras, pero sobre todo, permitir el ingreso de otras compañías extranjeras para que los mexicanos podamos tener la oportunidad de escoger otra compañía de telefonía celular, que resulte más barata, con mejor calidad, servicio y atención, y no tener que soportar a la que tenemos monopolizando el mercado, constándonos a todos, el tener por cuarto año consecutivo, a su propietario, como el hombre más rico del mundo.
Además de esto, que es lo más importante, es la disposición que se podrá hacer de toda la infraestructura con la que cuenta la CFE, y a través de la cual, se generarán los servicios de banda ancha para todas las regiones del país.
En estos pocos más de 100 días de gobierno, se han dado pasos importantes que no se habían presentado en más de 12 años de gobiernos panistas; el dejar a un lado los intereses personales y de grupo y aún los de los partidos, no ha sido solamente porque ahora ocupa el PRI el Gobierno de la República, sino porque, -pensando románticamente-, la madurez política ha logrado convencer a los protagonistas de la vida nacional, que solamente trabajando unidos en lo que nos conviene a todos, dejando a un lado las diferencias, por supuesto sin olvidarlas, pero entendiendo que cada día que aprovechemos para construir el México que todos deseamos para nuestros hijos, en ese sentido estaremos en posibilidad de mejorar un país mejor que el que nosotros tuvimos.