Resulta que con el arribo de Ricardo Yáñez, y del policía José Lemus los cambios en los mandos medios se han presentado, y mucha gente nueva ha desplazado a quienes por décadas habían permanecido en los mismos cargos, con las mismas viejas prácticas, pero también con los mismos viejos vicios.
Los cargos operativos son los importantes, porque tienen que ver con la forma en la que se trabaja, pero también en la manera en como llevan a cabo acciones de deshonestidad, deslealtad y traición, como el robo hormiga de gasolina en las patrullas, la corrupción con las infracciones y la clonación de las órdenes de salida a los vehículos que se encontraban en los corralones, las cuotas que se les imponían o se les imponen a los agentes, entre muchas otras prácticas, que les generaban, o les generan una cantidad de recursos ilícitos, todos provenientes de los conductores infractores.
Se asegura que para el próximo año, se colocarán cientos de cámaras de vigilancia en los principales cruceros, y los periféricos, que serán capaces de identificar plenamente a los vehículos que cometen infracciones, pero además fotografiarlos en el momento en que lo hacen, de tal forma que se estará en condiciones de enviar por correo al propietario del vehículo, infracción, foto como prueba y un formato para que pueda pagar en un banco.
Además de esto, se espera que a principios del 2014, se instalen numerosos centro de canje de licencias de conducir; se cambiaran sin costo la viejas por unas nuevas que contarán con un chip, por medio del cual, se podrá llevar un control personalizado de los conductores y su comportamiento al frente del volante, para conocer su record de infracciones, porque el sistema actual, registra solamente los vehículos infractores y no a quienes los conducen.
Lo que parece que va en serio, es el decomiso de los vehículos que no se puedan identificar por la falta de placas; el proceso de regularización está dejando fuera a más de 30 mil vehículos que sus propietarios tendrán que guardar o buscar una nueva forma de regularizarlos, mucho más flexible que tener que pagar como mueblería en las recaudaciones de renta, por los préstamos que se establecieron para apoyar este proceso, por parte del gobierno del Estado.
La gran mayoría de los propietarios de vehículos sin regularizar no cuentan con recursos para el trámite, porque viven al día y su prioridad es alimentar a su familia, aunque su coche sea su único patrimonio.
En opinión de algunos integrantes del Consejo de Vialidad, la renovación de los cargos de ingeniería vial y la jefatura de licencias, no han sido del todo acertados, por la efectividad que se había estado demostrando en estas áreas y la poca o nula experiencia de quienes acaban de llegar; de cualquier forma los cambios, -en teoría- son para mejorar, en una dependencia donde la corrupción ha sido una constante, la impunidad una forma de vida y la recaudación indiscriminada de dinero proveniente de las infracciones, una caja chica que el Estado no pretende reducir, sino por el contrario, aumentar de manera permanente.
Durante su campaña electoral, el alcalde Javier Garfio llegó a comentar que buscaría la Municipalización de la dirección de tránsito y vialidad; de llegar a concretarse, es seguro que Cesar Duarte estará de acuerdo, solamente que le dejen para el Estado dos pequeñas áreas; de infracciones y licencias, donde se genera más del 98% de los ingresos totales que se reciben.
Pero bueno, en esta temporada, el pedir no empobrece, el dar es lo que aniquila.
JUZGADO SEGUNDO FAMILIAR
La delicada función de administrar justicia en asuntos familiares, requiere además de una preparación académica relevante, el contar con un equipo de trabajo altamente profesionalizado, que le permita al juzgador, atender la demanda que, lamentablemente se ha incrementado de una manera importante, como consecuencia del desgarramiento del tejido social.
Los conflictos familiares son los que mayormente generan descontento entre quienes resultan afectados con un procedimiento, pero los juzgadores no pueden hacer más allá de lo que la misma ley les permite; la dinámica de los abogados que participamos diariamente en el foro jurídico, nos permite entender que los juicios no se ganan en automático, ni que el aparato judicial está a nuestra disposición para tomar atajos; el litigio es una actividad profesional que requiere disciplina, constancia, estudio y sobre todo profesionalismo para hacer valer el derecho que nuestros representados nos entregan para su defensa, siempre por los conductos establecidos.
Los secretarios que integran el juzgado segundo de lo familiar, cuentan con nivel de maestría, además de una experiencia importante que les permite enfrentar con profesionalismo el acontecer diario; los más modestos por su actividad, son los más atentos con los usuarios; la revisión de sus acuerdos se analizan de manera conjunta, aunque la decisión principal depende del titular del juzgado; las apelaciones que se presentan, en un 99% son ratificadas, según establece un informe del STJ y la evaluación que se hace de su actividad juzgadora, se realiza de manera permanente por parte del máximo órgano de justicia en el Estado.
Para quienes desconocen la operatividad de los juzgados, les resulta fácilmente creíble el pensar que se pueda corromper a un juzgador con una trayectoria de más de 35 años de ejercicio profesional, con una conducta personal intachable tanto en lo privado como en lo público, que recibe lo necesario y suficiente por su trabajo; no es descartable que se pueda presentar en otras personas, en otros juzgados, pero personalmente, tengo la convicción de que la licenciada Concepción Payán Holguín titular del juzgado segundo de lo familiar, no se prestaría jamás a estas prácticas.
Los cambios en los juzgados se presentan cuando las fallas se hacen cada vez más evidentes; cuando no existe disciplina, capacidad ni tampoco profesionalismo; esto lo sabe el STJ, quien es el encargado también de hacer valer su autonomía frente a los demás poderes (netoaviles@gmail.com)