La creación de loquísimas caricaturas corporales, su divertido encanto y sencillez, la utilización de poesía en sus diálogos, el dominio del clowning, la interacción directa con el público y la manera atípica en que Javier López llena el escenario, utilizando el mínimo de escenografía, demuestra que, en plena era virtual, el hombre sigue siendo el centro del espectáculo. Así fue que, lo que inició como un Festival Navideño, concluyó en una verdadera posada donde se repartieron dulces a los pequeñines, se tomaron un chocolate caliente, pan dulce y, además, se quebró la piñata.
Esta es una actividad cultural del Gobierno del Estado de Chihuahua y su Programa Chihuahua Vive en la Cultura, a través de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte, y el Instituto Chihuahuense de la Cultura.
Inspirado en los poemas de Jaime Sabines, el clown Javier López compone su personaje a partir de las rimas que esté interpretando, aunque no tengan nada nada que ver con la realidad.