En el estado existen 138 mil 720 hectáreas de cultivo que dependen del agua almacenada en las 10 presas existen en territorio estatal.

Por estas obras se conforman 8 distritos de riego que año con año esperan el inicio del ciclo agrícola durante los primeros días de marzo, hasta su cierre  los últimos días de septiembre.

Ante la latente posibilidad de que no caiga el agua necesaria para la recarga de las presas para el asegurar el ciclo 2013, el Gobierno del Estado ha insistido a la federación que se diseñen programas que  prevean y se adelanten a esta problemática, ya que las políticas públicas diseñadas desde el centro del país, han intentado declarar el fin triunfalista de la sequía, debido a las lluvias que se han venido presentando en el estado. No por el hecho de que llueva, se puede declarar el fin de la sequía.

En el Gobierno del Estado, se están haciendo malabares con los recursos con los que se cuenta. La supervivencia de miles de familias de las zonas rurales, quienes viven en la marginación, han dependido del esfuerzo que día a día se hace en la administración encabezada por César Duarte, gobernador del estado, quién con una capacidad extraordinaria de administración, ha alineado el gasto para dar prioridad a la obra y gestión social, acercando agua potable, alimentos y servicios de salud a la población que ha sido afectada por el fenómeno silencioso que representa la sequía.

No hay dinero que alcance a remediar la realidad que aun se enfrenta diariamente, esa realidad que no mejorará hasta que llueva y la sequía deje de avanzar lenta y dolorosamente, pues ya ha dejado en la ruina y en la pobreza extrema a miles de campesinos que con esfuerzo le sacan los alimentos a la tierra.

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