Las haciendas de cada partido político de ceder en unas partes para ganar en otras, disque negociadas por pre vendas con miras futuristas de dar falsedades por falsedades, de tranzar promesas por anuencias y de dar por terminadas las encomiendas so pretexto de incumplimiento de tal o cual insistir o desistir para romper acuerdos y violar proposiciones decorosas entre las probabilidades de aprobar o reprobar nuestras reformas. Se la viven entre ‘contentillos’, pero también entre disgustos; son célebremente políticos: “unos tiran a salir y otros salen a tirar”. Así, el “Pacto por México”, fue estructurado inteligentemente con relevos mensuales en las diligencias directivas de sus integrantes de manera ordenada y por consensos entre los dirigentes de los partidos (per)signantes; promover leyes justas que armonicen los intereses legítimos en su conjunto de tal manera que quien tiene autoridad y representación se justifica con su actuación como gestor legítimo del bien común; acusó credibilidad.
Y parece que el barco ha navegado si no en aguas mansas, acaso entre vaivenes que lo han sacudido súbitamente, garantizando un juego político más o menos equilibrado ante las turbulencias. La transición hacia la naciente democracia cedida por Zedillo cumple casi 16 años, la alternancia primero en Baja California y Chihuahua y después en la Presidencia de la República y también en algunos estados y municipios, poco tiene que ver con una consciencia ciudadana y una creciente participación que sí vale, más en una sociedad desarticulada para lograr acuerdos y transformaciones de fondo que desafía la inequidad e injusticia social, la nefasta inseguridad y la violencia creciente, a veces incontrolable (Michoacán, Matamoros), la pérdida de valores y el debilitamiento de la organización mayormente fundamental de los mexicanos: la familia; su plataforma, una estabilidad económica que solidifique con nuevos empleos y saludables remuneraciones, la integración familiar para lograr el desarrollo integral.
Empero, por enésima ocasión, el “Pacto por México” se amenaza con la separación de los perredistas y se acusa que el PRI y el PAN han confabulado sus alcances y la confusión sea como fuere, debilita con los hechos las posibilidades que se formularon durante este 2013 que entra en la recta final de su existencia ante la sensación de que iremos irremediablemente a la deriva sin experimentar a ciencia cierta lo que mejor convenga a México; siempre el “hubiera”; ¡¡Qué bueno “hubiera” sido que el “Pacto por México” siguiera consolidando los talentos…!!