“Toda mi vida he hecho periodismo y para mí ha sido siempre una aventura”, aseguraba el escritor peruano tras recoger este galardón que le concedió la Fundación Diario Madrid por ser “un ejemplo de compromiso, rigor diligente e independencia de criterio” y por practicar un periodismo “comprometido con las libertades”.
El director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, presidió la entrega del premio, en la que también tomó la palabra Miguel Ángel Aguilar, vicepresidente de la Fundación, y en la que el escritor Javier Cercas leyó la “laudatio” del premiado.
A este premio, cuya décima edición coincide con el 40 aniversario del cierre del diario Madrid, al final de la dictadura de Francisco Franco en España, se adhirieron también el rey Juan Carlos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el político portugués Francisco Pinto Balsemao.
Ante más de un centenar de periodistas, Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, recordó sus comienzos en “La Crónica” de Lima, cuando tenía “15 o 16 años”, en una época en la que vivía “muy angustiado” porque no sabía “qué carrera alimenticia” le permitiría desarrollar su vocación literaria.
Desde el principio, se dio cuenta de que ese trabajo “podría ser una extraordinaria aventura”. Lima era entonces “un mundo estratificado, de sectores sociales incomunicados”, y el periodismo le permitió descubrir una ciudad que no conocía, la de “la noche, los delincuentes y prostíbulos, pero también la de los políticos y las instituciones”.
“Buena parte” de sus novelas no las hubiera podido escribir “sin el periodismo”, y eso, en opinión de Vargas Llosa, también le ha pasado a algunos escritores que él admira, como George Orwell y Ernest Hemingway. “Jamás hubieran encontrado el lenguaje literario excelente” de sus obras sin el periodismo.
El lenguaje del periodismo y la literatura son distintos, pero “la gran diferencia entre uno y otro” es que mientras el primero “debería ser un fiel testimonio de la realidad, la literatura, si no crea una realidad autónoma, fracasa”.
Pero el periodismo es también “el mejor barómetro para ver cómo anda una sociedad”. Al leer los periódicos de un país enseguida se ve si se respeta la libertad o “si es una prensa monocorde que repite las consignas del poder”.
“El periodismo cumple una importante función dentro de la cultura de la libertad, pero en muchos casos ha sido fuente de violencia, difundiendo mentiras y convirtiéndose en una fuente de prejuicios y de odios”, como sucedió, según el escritor, en la guerra de los Balcanes y en la de Ruanda.
En su elogio del premiado, Javier Cercas dijo que en el periodismo de Vargas Llosa “se encarna de forma ejemplar el intelectual comprometido”, y sus artículos de prensa “han sido su principal instrumento de intervención en el debate público”.
El autor de “Soldados de Salamina” y “Anatomía de un instante” quiso deshacer “el equívoco” tan extendido de que Vargas Llosa “es un intelectual de derechas o conservador”.
Esa creencia es, a juicio de Cercas, “un disparate, algo que solo puede sostener quien no ha leído a Vargas Llosa, porque la verdad es que pocos escritores como él han defendido algunas de las ideas que la mejor izquierda ha reclamado tradicionalmente para sí”.
Lo ha hecho en sus novelas, “furiosos alegatos contra el fanatismo, contra los abusos de poder”, pero, sobre todo, lo ha hecho en sus artículos, “donde ha defendido la libertad individual, el derecho al aborto, la igualdad para los homosexuales, la legalización de la droga, y donde ha atacado el nacionalismo de cualquier especie”, aseguró Cercas.
