La licenciada Estela Parra González, responsable estatal del Programa de Salud Mental comentó que este padecimiento no es exclusivo de la vejez ya puede afectar a personas desde  temprana edad, sin embargo es habitual que a partir de los 85 años se presente tanto en hombre como en mujeres, sin dejar de recordar que a partir los 65 años la incidencia de esta enfermedad comienza a ser significativa.

Este síndrome por lo general es crónico degenerativo, por consiguiente la capacidad de aprendizaje, lenguaje, juicio, y calculo se ven afectadas de manera irreversible, hasta que la persona no es capaz de valerse por sí misma.

Los síntomas de la demencia en su etapa inicial se presentan como pérdida de memoria, falta de sueño, problemas de equilibrio, desorientación, falta de coordinación física, fatiga excesiva, confusión, ansiedad, asilamiento social y pérdida de interés por las cosas que antes le eran gratas.

La etapa intermedia del desarrollo de esta enfermedad se caracteriza por habilidades deficientes de aprendizaje, falta de juicio, aumento de la confusión, interrupción en el sueño de los miembros de la familia y agresión.

Mientras que en la etapa avanzada las personas muestran dificultad para caminar, pérdida gradual de peso, mala higiene personal, incontinencia urinaria, violencia y agresividad, defecación involuntaria, dificultad para reconocer a miembros de la familia, tendencia a vagar, incapacidad para vestirse, bañarse, comer y cuidar de sí mismo, alucinaciones visuales o auditivas, cambios de personalidad y problemas de comunicación

En cuanto a las medidas que se deben desarrollar e implementar a lo largo de la evolución se encuentran la terapia de orientación a la realidad que permite al enfermo ubicarse en tiempo y orientarse.

 

Realizar actividades ocupacionales como caminatas y otras formas leves de ejercicio físico que le servirán para activarse, además de talleres psicoeducativos que son espacios de contención en donde los familiares pueden encontrar el apoyo que requieren, tanto en los aspectos técnicos, como emocionales.

Se trata de sesiones que se pueden llevar una vez a la semana con temas de información básica sobre la enfermedad, en donde los familiares pueden hablar de los problemas que ocurren de manera cotidiana con del cuidado de su familiar enfermo.

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